El régimen orteguista secuestró a los sacerdotes Fernando Calero, Héctor Treminio y Marcos Díaz en menos de 24 horas desde la noche del 28 de diciembre al 29 del mismo mes de 2023. De acuerdo con los opositores, los sacerdotes fueron secuestrados por mantener en sus oraciones a monseñor Rolando Álvarez.
La abogada e investigadora de temas religiosos, Martha Patricia Molina, compartió en su cuenta de X (anteriormente conocida como Twitter) que «agentes policiales y paramilitares secuestraron al padre Héctor Treminio, de la parroquia Santo Cristo de Esquipulas, de la Arquidiócesis de Managua». Dos horas después, en la noche del 28 de diciembre, Molina notificó el secuestro del sacerdote Fernando Calero, párroco de Nuestra Señora de Fátima, del municipio de Rancho Grande.
Posteriormente, en la mañana del 29 de diciembre del 2023, el periodista Emiliano Chamorro alertó del secuestro del padre Marcos Díaz, vicario de la Iglesia Santo Tomás Apóstol del Puerto de Corinto.
En la red social X, el periodista Miguel Mendoza comentó que «la policía se acercó a varios sacerdotes para recordarles sobre la orientación de no realizar procesiones ni mencionar a monseñor Rolando Álvarez en sus homilías». De igual manera, la Iglesia católica hizo el mismo recordatorio a sus distintos miembros para evitar que «se expusieran».
El periodista mencionó que «la Policía de la dictadura empezó de manera inmediata una cacería en contra de los sacerdotes que no siguieron la orden». Mendoza destacó que el padre Fernando Calero respondió que «como cristiano tenía que rezar por los presos». Según sus fuentes, el periodista mencionó que los sacerdotes se encuentran en «El Chipote».
Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, expresó que «es indignante el injusto secuestro de tres queridos sacerdotes de Managua de parte de la criminal dictadura orteguista. P. Pablo Villafranca, Mons. Carlos Aviles y P. Héctor Treminio, pastores y profetas. ¡Le pido a Dios que los proteja y sean liberados de inmediato!».
En la misma línea, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) condenó la «desaparición forzada del obispo Isidoro Mora en Nicaragua» como también la «nueva ola de detenciones de religiosos». «Además de atentar contra su libertad, estas detenciones violan el derecho a la libertad religiosa, pilar de cualquier Estado democrático», concluyó el organismo.
La cacería en contra la Iglesia católica
El 20 de diciembre de 2023 se reportó la desaparición del obispo de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora. El jerarca, durante la misa por el 99 aniversario de la creación canónica de la Diócesis de Matagalpa, llamó a la Iglesia católica a mantenerse unida y en oración por monseñor Rolando Álvarez y su Diócesis de Matagalpa.
Feligreses denunciaron que por pedir dicha oración por su colega religioso, la Policía llegó a la sede eclesiástica dirigida por el obispo para llevárselo con rumbo desconocido. Según reportes, actualmente se encuentra en el Centro Penitenciario Jorge Navarro, también conocido como «La Modelo». Junto al jerarca fueron secuestrados los seminaristas Alester Saénz y Tony Palacios.
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Por otro lado, en la noche del 21 de diciembre de 2023, se reportó que, el vicario general de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Oscar Escoto, fue detenido por un grupo de policías apoyados por hombres vestidos de civil y armados, posiblemente paramilitares. Monseñor Escoto fue liberado unas horas después de su secuestro, según información que circuló en redes sociales, aunque volvió a ser secuestrado y su paradero es desconocido.
A su vez, el 24 de diciembre, el tercer vicario de la catedral de Matagalpa, Jader Guido, fue llevado por agentes de la dictadura orteguista. Sin embargo, a las 11 de la noche de ese día, fue puesto en libertad. El párroco Pablo Villafranca, del centro religioso «Nuestro Señor de Veracruz» fue secuestrado el 26 de diciembre y actualmente se desconoce dónde se encuentra. Por último, monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua, fue secuestrado en la mañana del 28 de diciembre del 2023.
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Esta nueva persecución comenzó debido a que los curas mantenían en las oraciones a monseñor Rolando Álvarez. Según opositores, el régimen persigue a los líderes religiosos que lo mencionen.