Los dictadores de Nicaragua y China comunista, Daniel Ortega y Xi Jinping, respectivamente; decidieron elevar las relaciones entre los dos regímenes al nivel de «asociación estratégica» al cumplirse dos años del restablecimiento de relaciones diplomáticas, mismas que se reanudaron tras la ruptura abrupta de los vínculos con Taipéi por parte de Managua en diciembre de 2021.
Los nuevos aliados emitieron una declaración conjunta en la que ambos gobernantes totalitarios se echaron flores mutuamente y Ortega, particularmente, se mostró subordinado a su homólogo chino a quien le ofreció su respaldo incondicional en materia diplomática y el lo referente a la cuestión de Taiwán.
Según una nota de prensa publicada por el medio de la propaganda oficialista El 19 Digital, Ortega sostuvo una conversación telefónica con Xi Jinping el 19 de diciembre y acordaron emitir una declaración conjunta de 14 puntos en los que abordan desde los temas de relaciones comerciales, cooperación mutua en el campo diplomático, así como apoyo político entre los partidos gobernantes en ambos países, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, controlado totalmente por los dictadores Ortega y Rosario Murillo , y el Partido Comunista Chino, bajo control total de Xi.
El documento dice que los gobernantes intercambiaron «en profundidad» opiniones sobre los asuntos regionales e internacionales de interés común y valoraron que, en los dos últimos años, las relaciones bilaterales entre las dos naciones han experimentado un «rápido desarrollo».
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En ese sentido, Ortega y Xi dieron carácter de «estratégicos» a los vínculos bilaterales que mantienen ambos regímenes totalitarios y por ello acordaron «elevar las relaciones binacionales al nivel de la asociación estratégica, creyendo que esta decisión corresponde a los intereses comunes de ambos países». En la declaración no se especifica qué significado tiene ese cambio de nivel en las relaciones de las dos dictaduras ni cómo beneficiará al pueblo de Nicaragua.
Lo que sí dejó claro Ortega en dicha declaración es que seguirá defendiendo el principio denominado «una sola China» con el cual el gigante asiático ha declarado su disposición de recuperar la isla de Taiwán y reincorporarse a su territorio aún si lo tiene que hacer haciendo uso de la fuerza.
«La parte nicaragüense se adhiere firmemente al principio de una sola China, reitera que el Gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China, y Taiwán forma parte inalienable del territorio chino. La parte nicaragüense se opone resueltamente a la independencia de Taiwan en todas sus manifestaciones, y reafirma su compromiso de no tener ningún tipo de contacto oficial con Taiwán y su firme respaldo a todos los esfuerzos del Gobierno chino por materializar la reunificación del país», se comprometió Ortega, con sus socios políticos chinos.
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Por su parte, la dictadura comunista china le promete al tirano nicaragüense apoyarlo «firmemente» en lo que Ortega llama «defensa de la soberanía nacional». Xi también le ofrece a Ortega apoyo en temas de «seguridad», respaldo en «el avance de sus importantes agendas políticas nacionales, y rechaza categóricamente las injerencias extranjeras en los asuntos internos de Nicaragua».
Se alaban mutuamente
«La parte nicaragüense evalúa altamente que bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping y el Partido Comunista de China (PCCh), China ha materializado el objetivo de lucha fijado para el primer centenario… La parte nicaragüense confía en que bajo el liderazgo del PCCh, China culminará la construcción integral de un poderoso país socialista moderno», dice Ortega en el pronunciamiento.
En tanto, los chinos le responden al tirano nicaragüense que «la parte china evalúa altamente que bajo la conducción del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, Nicaragua ha conquistado notorios éxitos en defender la independencia, mantener la estabilidad, desarrollar la economía y mejorar el bienestar del pueblo, y confía en que con el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo al frente, Nicaragua irá obteniendo nuevos éxitos en la construcción nacional y el pueblo nicaragüense tendrá una vida mejor».
En la declaración conjunta también mencionan el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre China y Nicaragua, que según el régimen de Managua, debería entrar en vigencia en enero próximo. China se comprometió seguir apoyando a sus «empresas poderosas» a realizar inversiones y cooperaciones en Nicaragua y la parte nicaragüense se dispone a «mejorar y continuar fortaleciendo el clima de negocios para ofrecer apoyo político y facilidades a las empresas chinas que invierten y operan en Nicaragua».
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En ninguno de los 14 puntos de la declaración emitida por los gobernantes chino y nicaragüense, se menciona plan o programa para fortalecer los derechos humanos de las respectivas poblaciones y tampoco se habló de la corrupción que aqueja a ambos estados.
Recientemente, Laureano, «El Chigüín», Ortega Murillo, hijo de los dictadores, y según analistas, el segundo en la línea de sucesión dinástica de los Ortega-Murillo, dijo que el régimen de sus padres y el de China son «ejemplos para el mundo en protección de las etnias», pero que ambos gobiernos son víctimas de una supuesta «campaña de difamación» en materia de derechos humanos.
Pese a que solo faltan pocos días para la entrada en vigencia del TLC China-Nicaragua, el mercado de Estados Unidos sigue siendo el más importante para las exportaciones del país centroamericano bajo el Tratado de Libre Comercio entre EE.UU., Centroamérica y República Dominicana , conocido como TLC-Cafta.