Tras la salida de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA), materializada oficialmente el pasado 19 de noviembre, el dictador Daniel Ortega también pone en dudas la permanencia del Estado nicaragüense en el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) porque no puede desligarse de los tratados que concatenan a esas dos organizaciones, aseguró el politólogo y dirigente opositor Félix Maradiaga.
El Estado de Nicaragua quedó oficialmente fuera de la OEA a partir del domingo 19 de noviembre, al cumplirse los dos años establecidos por la Carta constitutiva de esa organización para abandonar el organismo luego de renunciar al mismo.
Sin embargo, el exreo político Félix Maradiaga, consultado por Artículo 66, aseguró que Ortega no puede desligarse de los tratados y acuerdos internacionales en materia de derechos humanos que ha suscrito con la Organización de Naciones Unidas (ONU) que lo vinculan con la misma OEA.
Pero además, la dictadura de Ortega también está poniendo en entredicho su membresía y permanencia dentro del SICA, pues los Estados miembros de esta organización regional deben cumplir con normas establecidas en el Protocolo de Tegucigalpa donde se establece el respeto a los principios regionales y universales de democracia y derechos humanos establecidos en las Cartas de la OEA y la ONU.
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El politólogo explicó que Ortega ha forzado la salida de Nicaragua de la OEA buscando desconocer las resoluciones de ese organismo en materia de derechos humanos, civiles y electorales, y «también deslegitimar al Sistema Interamericano visto por Ortega como un instrumento de Estados Unidos».
Sin embargo, agrega el opositor, «en estricto apego al derecho internacional la salida de Nicaragua de la OEA no exime al Estado de las responsabilidades señaladas por instrumentos interamericanos especialmente en materia de derechos humanos, pues estas obligaciones están incorporadas en la Constitución de Nicaragua e incluso en convenios y tratados suscritos desde 1948, incluyendo la Declaración Universal Derechos Humanos y otros tratados ratificados por el Estado».
El dictador arriesga permanencia de Nicaragua en el SICA
Además, existe otro aspecto de mucha importancia, señala el dirigente político de la oposición y es que la salida de Nicaragua de la OEA «es jurídicamente incompatible con la permanencia de Nicaragua en el SICA»
«Conforme al Protocolo de Tegucigalpa de 1991, (que es el) documento constitutivo del SICA, los países miembros deben “respetar los principios y normas de las Cartas de la OEA”, como lo estipula su artículo 4 de dicho instrumento», explicó Maradiaga.
Agrega que, el Protocolo de Tegucigalpa «no admite excepciones a este artículo, de cumplimiento obligatorio». En ese sentido, destaca que al salirse de la OEA «el régimen ha puesto en serias dudas la pertenencia legítima de Nicaragua en el SICA».
El inciso (i) del artículo 4 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de Integración de los Estados Centroamericanos establece textualmente que «El respeto a los principios y normas de las Cartas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), y las Declaraciones emitidas en las Reuniones Presidenciales centroamericanas desde mayo de 1986».
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Asimismo adelanta que, como próximo paso es fundamental que la comunidad internacional e incluso la oposición política de Nicaragua resalte este punto y presione a los Estados miembros del SICA para que pidan explicaciones a Managua.
«Ya fuera de la OEA, Nicaragua no podría o no debería ocupar ninguna posición legítima dentro del SICA ni ninguna otra instancia del Sistema Interamericano. Desde Fundación para la Libertad hemos procedido a preparar comunicaciones privadas con la argumentación jurídica correspondiente, dirigida a actores centroamericanos que inciden en el SICA, concluyó el opositor.