El Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán calificó a Daniel Ortega como un dictador «oportunista» tras las recientes declaraciones del líder sandinista, quien señaló que Taipéi no es un Estado sino una «provincia de China».
«Taiwán es una provincia de China, Taiwán no es una República, no es un Estado, es simplemente una provincia de China y eso está así reconocido a nivel global, aprobado en Naciones Unidas», dijo Ortega el viernes, 13 de octubre, durante la entrega de 250 unidades de buses chinos a transportistas.
Mediante un comunicado, la Cancillería de Taipéi señaló que las declaraciones de Ortega «son una falacia contraria a los hechos» y le recordó al dirigente sandinista que durante más de 15 años, la isla asiática impulsó proyectos de cooperación en Nicaragua y proporcionó ayuda económica a su gobierno.
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Además, sostuvo que el dictador Daniel Ortega se ha convertido en un «cómplice» de los esfuerzos de China para socavar la democracia en Centroamérica y expandir su influencia en la región.
Taiwán también detalló que el líder sandinista, durante más de 15 años, recibió «descaradamente» cantidades significativas de dinero para impulsar diferentes proyectos en territorio nicaragüense, y que tras romper las relaciones diplomáticas; la pareja de dictadores «recurrió a China para pedir clemencia y se alinearon con el gobierno autoritario chino para obtener más ayuda».
«Las caóticas palabras y hechos antes mencionados demuestran plenamente que los Ortega son solo oportunistas que buscan el poder propio», agregó.
En ese sentido, el gobierno taiwanés aseguró que el comportamiento de Ortega es «despreciable» y «entristece a la comunidad internacional por el bondadoso pueblo nicaragüense que vive bajo el régimen de Ortega».
En la misiva, Taiwán reiteró que es «un país soberano e independiente y que nunca ha sido gobernado por China». Además, la cancillería reiteró que el gobierno y el pueblo taiwanés están comprometidos con «proteger la soberanía nacional» y continuarán reforzando la cooperación con otros países democráticos «para frenar la expansión del autoritarismo».