El alto comisionado de la Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, presentó, este 12 de septiembre, su actualización sobre la situación de Nicaragua y denunció que en el país centroamericano, bajo la administración de los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, los derechos humanos siguen en un «continuo y generalizado deterioro», pues el régimen sigue imponiendo «graves restricciones al espacio democrático y cívico, suspendiendo los derechos y libertades individuales y colectivas de su pueblo».
El informe fue presentado ante los 47 Estados integrantes del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU y fue apoyado por la mayoría de representantes, a excepción del entorno aliado de Ortega: Venezuela, Cuba, China, Irán, Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia y Eritrea, únicos que mostraron apoyo a la dictadura de Nicaragua, basando su defensa en la bandera de la soberanía.
El alto comisionado, al iniciar su informe, expresó que le entristece «profundamente el continuo y generalizado deterioro de los derechos humanos en Nicaragua» donde se castiga y encarcela a las personas solo por expresar sus opiniones, acciones que, intensifican aún más el aislamiento del país, algo que no sirven a los intereses el pueblo nicaragüense ni a los del régimen.
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El fucionario de la ONU recordó que en febrero pasado, 316 nicaragüenses opositores del gobierno fueron privados arbitrariamente de su nacionalidad y todos sus derechos civiles y políticos fueron anulados. Entre los afectados hay periodistas, activistas sociales y líderes políticos. Además, reiteró la denuncia del cierre de 3 mil 394 Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFL), a parir 2018.
El alto comisionado exhortó a los gobernantes de Nicaragua a que demuestren que están al servicio de su pueblo «empoderándolo para que se reúna, se exprese y participe libre y plenamente en las decisiones. Hago también un llamamiento para que se libere a todas las personas detenidas arbitrariamente».
Abusos sexuales empleados como tortura contra prisioneros políticos
El informe indica que la OACNUDH ha documentado la detención e incomunicación de numerosas personas y ha recibido denuncias que dan cuanta de «patrones de tortura», que incluyen otros siete casos más de «graves torturas de detenidos, incluyendo el uso de la electricidad, el abuso sexual y violación sexual de hombres mujeres y niñas, los que se ven sujetos a desnudez forzada, a humillaciones y pesquisas genitales innecesarias».
Enviada de Ortega exige el que le digan comandante a su jefe
La embajadora de la dictadura de Nicaragua ante ONU, Rosalía Bohórquez, durante la sesión del CDH volvió a exhibir lo que al parecer sabe hacer mejor, que es mostrarse airada al punto de alzar la voz en el plenario en defensa de su jefe político Ortega cuando no lo llaman como a ella le gusta.
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Durante su intervención el representante de Georgia se refirió al dictador de Nicaragua simplemente como «Ortega» y lo señaló de seguir violando los derechos humanos de los opositores y sus familias. Inmediatamente Bohórquez interrumpió el plenario para exigir que a su jefe le digan «presidente comandante Daniel Ortega». La ahora embajadora es una exagitadora política en la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), el brazo de control de la dictadura dentro de las universidades.
Al momento de tomar la palabra como país aludido en el informe, la representante de la dictadura se limitó a repetir el discurso de los dictadores, de que no reconocen el informe por ser parcializado y lleno de mentiras de los grupos opositores. Al tiempo que pidió el fin de las sanciones que, según ella, le hacen daño al país, olvidando la diplomática que las sanciones son personalizadas contra los operadores políticos y financieros de la dictadura y no contra el Estado.