Bernardo Arévalo de León, el presidente electo de Guatemala, es un declarado crítico de la dictadura de Nicaragua y por ello, el régimen Ortega-Murillo tiene ahora en la región una «voz incómoda» y a la vez un nuevo Gobierno que podría significar un resurgimiento de la democracia en Guatemala, que irradiará al resto de la región, valoran analistas nicaragüenses, tras oficializarse la victoria del político de centroizquierda y líder del Movimiento Semilla.
César Bernardo Arévalo de León, de 64 años, que ha prometido combatir la corrupción en su país y se ha declarado contrario a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, es sociólogo de profesión y político considerado progresista, de línea política de centro izquierda, hijo del fallecido expresidente guatemalteco Juan José Arévalo, que es recordado como uno de los mejores mandatarios que ha tenido el país chapín.
El exdiplomático nicaragüense ahora desnacionalizado por Ortega y Murillo, Arturo McFields, opinó, a través de su cuenta de X (antes Twitter) que «Bernardo Arévalo ha sido fuerte y claro en su crítica al dictador Daniel Ortega en Nicaragua, la dictadura tendrá una voz incómoda en Centroamérica. Es una buena noticia” .
Ortega y Murillo: «cuasi monarquía»
En Agosto de 2022, Artículo 66 publicó un vídeo en el que se aprecia cómo la Policía orteguista impide a varios feligreses católicos acceder a una iglesia en Masaya. El ahora presidente electo de Guatemala al comentar dicho vídeo, expresó su repudio a la represión y llamó a los dictadores Ortega y Murillo «cuasi monarquía».
«La represión y persecución que sufren sacerdotes, periodistas y dirigentes sociales en Nicaragua, a manos de una ‘cuasi monarquía’ disfrazada de proyecto ‘progresista’, es totalmente intolerable. Apoyar a ese gobierno (de Ortega y Murillo) es apoyar la represión contra el pueblo», dijo en aquel momento Arévalo.
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Para el dirigente opositor nicaragüense, Juan Sebastián Chamorro, la llegada de Arévalo a la presidencia de Guatemala es un signo «sumamente positivo», primero para el pueblo guatemalteco, porque el mandatario electo ha prometido luchar contra la corrupción, que, según Chamorro, ha tenido «consecuencias nefastas» para la institucionalidad de ese país.
El dirigente opositor, desterrado por Ortega tras mantenerlo casi dos años encarcelado arbitrariamente, recordó que Arévalo ha expresado claramente su posición de rechazo a la dictadura Ortega-Murillo, sin embargo, se muestra menos optimista en cuanto a la influencia del nuevo mandatario en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
Chamorro explicó que el SICA es «un cuerpo colegiado de cinco naciones» donde habrá una enteramente aliada a Ortega que es Honduras, consideró a El Salvador como ambiguo, mientras que los costarricenses «han sido bastante pragmáticos», así que, el opositor cree que en el SICA no habría mayor cambio.
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En tanto el también opositor en el exilio Héctor Mairena opinó que la elección de Arévalo en Guatemala es una «buena noticia para la región».
«Yo tengo la plena seguridad que el presidente Arévalo va a ser ingentes esfuerzos por hacer avanzar la democracia en nuestra región, y en el caso particular de Nicaragua, ya ha tenido pronunciamientos claros de condena a la violación de los derechos humanos», destacó. Asimismo, consideró que en el SICA habría influencia de Arévalo y su lucha contra la corrupción e impulsará mayor transparencia en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Mientras que un exdiplomático nicaragüense que opinó a condición de anonimato dijo que después de años de retroceso democrático en Centroamérica, la elección de Arévalo en Guatemala «abre un camino de esperanza para toda la región y que los principios que se establecieron en los acuerdos de Esquipulas y en el protocolo de Tegucigalpa puedan guiar nuevamente el proceso de integración».