El tradicional “papamóvil” con Jorge Bergoglio a bordo se abrió paso entre la colorida riada de fieles que le esperaban ansiosos en un gran parque en el corazón de la capital portuguesa, tomada ahora por la JMJ y el gran dispositivo de seguridad que rodea al pontífice .
“Es la primera vez que voy a ver al papa Francisco y estoy muy emocionada”, afirmó poco antes Fiorella Alizo, una estudiante venezolana de 20 años.
Bajo el sol del verano lisboeta, decenas de millas de jóvenes peregrinos fueron reuniéndose a lo largo del día para esperar al papa argentino, agitando banderas de sus países y encadenando bailes y cánticos.

“Él dice que nosotros hagamos quilombo, que somos jóvenes, que disfrutemos y hagamos lío”, recordó Jeremías Jiménez, un estudiante de 18 años llegado desde Buenos Aires, en referencia a una famosa frase del primer pontífice latinoamericano.
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“Es muy impresionante. Es intenso. El ambiente es genial”, mostró de su lado Geoffroy Garcia-Benito, un peregrino francés de 17 años, sobre este acto de bienvenida para el que las autoridades portuguesas esperan una afluencia de unos 300.000 a 400.000 fieles .
El papa debe dar un discurso en español en esta ceremonia que debe ser la antesala de los grandes actos de esta JMJ, como la vigilia programada para el sábado por la noche o la gran misa final de domingo, que podría reunir a un millón de personas , según los organizadores.
En otro acto el jueves por la mañana, Francisco grabó a los jóvenes “la urgencia dramática” durante el calentamiento global y abogó por una “ecología integral” un encuentro con estudiantes en la Universidad Católica de Lisboa.
El jefe espiritual de 1.300 millones de católicos llegó el miércoles a Lisboa para una visita de cinco días para las JMJ, un evento mundial creado en 1986 por Juan Pablo II, que se compone de una serie de encuentros festivos, culturales y espirituales que se reúnen a cientos de miles de jóvenes de todos los continentes.
Después de la celebrada en Río de Janeiro (2013), Cracovia (2016) y Panamá (2019), esta es la cuarta JMJ para el papa Francisco, cuya salud parece cada vez más frágil. Hospitalizado tres veces desde 2021, el pontífice argentino suele utilizar ahora en silla de ruedas o ayudado por un bastón.