La presa política Olesia Muñoz Pavón, originaria del municipio de Niquinohomo, del departamento de Masaya, cumple 100 días de haber sido detenida por la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El seis de abril, durante las fiestas religiosas de Semana Santa, la opositora de 51 años fue sacada de su casa por agentes policiales, quienes no dieron ninguna explicación a sus familiares.
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Muñoz estuvo por más de dos meses cautiva en una de las celdas del Distrito Tres de la Policía, en Managua, luego, el nueve de junio fue trasladada al Sistema Penitenciario de mujeres, conocido como «La Esperanza», en Tipitapa.
Tras la incomunicación a la que fue sometida la rea política, su familia la ha podido visitar en dos ocasiones en el penal de mujeres; la primera fue el 19 de junio y la segunda, el 11 de este mes.
Una fuente en condición de anonimato dijo a Artículo 66 que en la última visita que las autoridades de «La Esperanza» le permitieron a los familiares de Muñoz, constataron que está mejor de salud y «con la esperanza en Dios de que pronto, al igual que todas las presas políticas, saldrá de la cárcel».
En cuanto a la atención en la salud de la presa política, la fuente detalló que ha recibido asistencia médica «en tiempo y forma». «Gracias a Dios está mejor de sus enfermedades crónicas, como neuropatía y estados depresivos».
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Olesia Muños enfrenta una acusación por ciberdelitos y traición a la patria. Según un familiar, aún no ha sido declarada culpable. Esta es la segunda vez que la ciudadana es presa política del régimen de Ortega; la primera fue en 2018, donde estuvo secuestrada por casi un año; condenada por terrorismo, saliendo en libertad el 11 de junio de 2019, bajo la polémica Ley de Amnistía.
De acuerdo con el Mecanismo para el Reconocimiento de las Personas Presas Políticas, el régimen de Ortega y Murillo mantiene a 64 nicaragüenses encarcelados por razones políticas. Los opositores son objeto de torturas, aislamiento y malos tratos en las cárceles del país.