La administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo inauguró la «Escuela de arte, danza y coros Masatepetl» en las instalaciones confiscadas a la Fundación Luisa Mercado, en Masatepe, que era presidida por el novelista y escritor nicaragüense Sergio Ramírez Mercado.
La inauguración del centro de arte se efectuó seis días después de que la Policía orteguista se tomara con violencia la propiedad donde funcionó el organismo cultural. La confiscación ocurrió el 30 de junio y la Alcaldía de Masatepe inauguró la escuela el seis de julio.
En las imágenes compartidas por la comuna en su página de Facebook, se evidencia que el evento de inauguración de la escuela de arte estuvo marcado de proselitismo político. Se pudieron observar banderas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), un retrato de Augusto C. Sandino y una decoración predominante en los colores rojo y negro.
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En el evento, estuvieron la alcaldesa sandinista Gioconda Aguirre, el vicealcalde Manuel Antonio Ortiz y fervientes seguidores del régimen, quienes portaban pañuelos rojo y negro.
Por otra parte, la municipalidad anunció la apertura de matrículas para clases de danza, coro y pintura, las que serán «gratuitas».
En la propiedad, ahora en manos del régimen, había una biblioteca de 6,000 volúmenes, salones para actos culturales, exposiciones de artes plásticas y fotografías, talleres literarios, publicaciones, un rincón infantil y la escuela de música «Lisandro Ramírez Velásquez».
Sergio Ramírez calificó esta acción de la dictadura como una «agresión contra la cultura», debido a que la fundación prestaba servicios culturales gratuitos a la ciudad de Masatepe y demás poblaciones aledañas.
El pasado 19 de abril de 2022, la Asamblea Nacional, de mayoría sandinista, resolvió cancelar la personalidad jurídica de la Fundación Luisa Mercado y de otras 24 organizaciones no gubernamentales. Esta medida forma parte de la continua persecución del régimen de Ortega hacia la sociedad civil, que ha resultado en el cierre de más de 3500 organizaciones, desde 2018.
Ante esa acción represiva de la dictadura, el organismo cultural se vio forzado a cerrar sus puertas y a no seguir con sus programas culturales.