El obispo auxiliar de Managua en el exilio, Silvio José Báez, hizo un vehemente llamado a cambiar el despotismo que se impone en Nicaragua por el respeto a la libertad y dignidad de todas las personas. Asimismo pidió que sean sustituidas «las ambiciones personales y grupales por la lucha en favor del bien común».
En su homilía de este domingo, nueve de julio, el jerarca se refirió al llamado que hace Jesús a que vayan a él todos los cansados para darles descanso (Mateo 11,28), y en ese sentido, el líder religioso predicó que Jesús habla de descanso, pero no necesariamente físico, para recuperar fuerzas físicas, sino de descansar «abrazados a Jesús» para no tener miedo y no perder la esperanza «de vivir y de luchar por una vida más digna y mejor para nosotros y para los demás».
«Ayudémonos a recuperar fuerzas con el respeto, la solidaridad, la escucha recíproca, ofreciéndonos mutuamente consuelo y dándonos, unos a otros, esperanza. No nos desgastemos ni nos distraigamos inútilmente. Démonos descanso unos a otros, sostengámonos y ayudémonos, que la tarea es inmensa», sostuvo el obispo auxiliar.
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Báez recordó que, a nivel social, se debe escuchar con confianza las palabras de Jesús: «Vengan a mí, todos los que están cansados y agobiados y yo les daré descanso», y reconoció que, de cierta manera, el pueblo de Nicaragua se percibe cansado por la impotencia frente al poder de los tiranos.
«Nos agobia la sensación de incapacidad que experimentamos para poder cambiar las estructuras injustas y violentas que oprimen y someten. Nuestro mismo pueblo es un pueblo cansado y agobiado a causa de la pobreza y del miedo, del engaño, de la represión y de la incertidumbre frente al futuro», destacó.
Insistió que el descanso que Jesús quiere dar a Nicaragua vendrá «a través del esfuerzo que todos hagamos por organizarnos para transformar las estructuras opresoras en estructuras de libertad y cambiar las relaciones injustas en proyectos y acciones solidarias hacia los más pobres».
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Mencionó que el pueblo nicaragüense percibirá su descanso través del compromiso de todos por cambiar el modo de ejercer el poder «transformando el despotismo en respeto a la libertad y dignidad de todas las personas; sustituyendo las ambiciones personales y grupales por la lucha en favor del bien común y dignificando el sufrimiento de las víctimas a través del compromiso por establecer procesos de justicia que eliminen para siempre la impunidad social».
El obispo Báez, que un día como hoy, 9 de julio, pero de 2018, fue agredido y herido por paramilitares orteguistas en Diriamba, oficia desde el exilio obligado por amenazas de muerte de parte de fanáticos del régimen. Al finalizar su prédica, destacó que Jesús quiere que aprendamos de él, que es «manso y humilde de corazón».