El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, desde su exilio en Estados Unidos, reveló, a través de una nota publicada en su cuenta personal de Facebook, que en agosto de 2022, cuando monseñor Rolando Álvarez aun estaba cercado por la Policía sandinista en la Catedral de Matagalpa, le había comunicado su determinación de no someterse al destierro que pretendía imponerle el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«Hablé por teléfono con Monseñor Álvarez… (y) en aquella ocasión me dijo que no se iría de Nicaragua por ningún motivo, a menos que el Papa se lo mandara. Añadió que era una decisión en conciencia ante Dios», detalló monseñor Báez.
Dejando entrever que la dictadura sandinista estaría presionando una «negociando» con el obispo Álvarez para darle su libertad a cambio de que acepte el destierro, el obispo Báez dijo con determinación: «Así que no hay nada que negociar. Conozco a Rolando y nunca negociará una decisión de conciencia que ha tomado y que yo comprendo plenamente».
Monseñor Báez también rememoró, en la misma publicación, las circunstancias que vivió él en el 2019, cuando tuvo que abandonar Nicaragua por una orden de la Santa Sede. «En 2019 yo habría hecho lo mismo que él (Álvarez). Yo nunca me hubiera ido desterrado de mi país. Si salí fue en obediencia al Papa que me lo mandó», dijo.
Apoyo a Álvarez en su decisión, «aún pagando un precio de dolor»
El líder católico desterrado y despojado de su nacionalidad el pasado 15 de febrero, junto a otros 93 nicaragüenses, se mostró comprensivo con la decisión «dolorosa» que ha tomado su hermano obispo de asumir la cárcel pero rechazar el exilio forzado. «… lo apoyo. Como ciudadano inocente tiene derecho a vivir libre en su país. Además, un obispo pastor no se va lejos de su pueblo porque una dictadura se lo impone. Yo hubiera actuado igual, aún pagando un precio de dolor».
Finalmente, monseñor Báez se comprometió a seguir alzando su voz para denunciar «el crimen que comete la dictadura sandinista contra mi hermano obispo» al tiempo que prometió seguir «exigiendo su liberación y orando por él cada día para que sea fuerte y tenga salud y mucha esperanza». Asimismo pidió a la Iglesia «denunciar esta injusticia y seguir orando por él (Álvarez».
Hace algunas horas se supo que el obispo Álvarez fue sustraído del penitenciario La Modelo, en Tipitapa, y trasladado a una casa de la Arquidiócesis de Managua, donde se estaría llevando a cabo una negociación entre el Gobierno, el obispo y un representante del Vaticano para dejarlo en libertad, a cambio que aceptara irse al destierro, pero que el religioso rechazó y pidió su libertad incondicional.
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Ante la negativa del obispo, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo habría decidido recluirlo nuevamente en una celda de máxima seguridad en La Modelo. Toda esta versión fue puesta en duda por el cardenal Leopoldo Brenes, quien habría dicho, en entrevista a Radio Corporación, que Álvarez seguía encerrado en Tipitapa y que los medios habían publicado información falsa, sin aclarar si efectivamente había sido sacado y llevado a «negociar» con sus carceleros.
Más temprano, luego que trascendió sobre esa supuesta negociación, el mismo obispo Báez dijo, también en su cuenta de Facebook, que no tenía información sobre la liberación de monseñor Álvarez. «Espero de corazón que pronto lo veamos libre gracias a la grandeza de su fe y la oración incesante del pueblo de Dios», dijo en ese primer mensaje.