Rodrigo Chaves afirmó que los migrantes le han llegado a costar a Costa Rica hasta 300 millones de dólares, pero para los migrantes, en especial, para la oleada de nicaragüenses que están en ese país esos datos no son reales. Es más las historias que compartieron algunas ciudadanas para este podcast presentan un panorama totalmente distinto al que intenta vender el mandatario tico, caracterizado por su tono agresivo contra quienes se refugian en su país. Algunos, inclusive, lo tachan de xenófobo.
El presidente sostuvo que Costa Rica cuenta con una población de 5,2 millones de habitantes. De ese universo, un millón son migrantes, un 20 % del total. La mayor proporción de esos ciudadanos que se han establecido en esa nación corresponde a nicas, nicas que no ven ni perciben la generosidad que menciona Chaves. Por el contrario, han recibido malos tratos y la atención gratuita en salud nunca la han visto.
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Durante una entrevista concedida al periodista de la cadena CNN, Andrés Oppenheimer, el mandatario costarricense insistió que, si ellos no fueran «generosos» en el tema de la acogida a migrantes, bien sean económicos o refugiados políticos, todos irían a parar a otros países como EE.UU. y Canadá, por lo que consideró que deben aporta más a Costa Rica para el sostenimiento de esa población.
Los dictadores Ortega y Murillo echaron a andar su maquinaria de propaganda internacional para tratar de legitimar sus ataques contra la Iglesia católica y en esa misión, el cabildeador político en Europa y propagandista a sueldo del régimen, el italiano Fabrizio Casari, arremetió contra el clero católico nicaragüense llamándolo lavadores de dinero y golpistas, y además los amenaza.
Casari, a quien la dictadura ha presentado como «periodista, analista político, investigador y editor de un periódico en su país», evitando decir el nombre de tal periódico, publicó en el medio de la propaganda oficialista El 19 Digital, un artículo de opinión titulado «El dinero bajo la sotana», en el que hace serias acusaciones, sin pruebas, contra el clero nicaragüense, lo que debería ser considerado, según las leyes de la dictadura, «injerencia en asuntos que solo le competen a Nicaragua».
El propagandista internacional de la dictadura que, según una búsqueda realizada en internet, es editor de una revista digital italiana llamada «Altrenotizie», que en Facebook solo tiene 2 mil 800 seguidores, se aventura a afirmar que «la investigación de la Fiscalía pone al descubierto verdades pesadas e inquietantes, que sacan a la luz pública un tráfico de dinero y de bienes atribuible a actividades ilegales», refiriéndose a la acusación de lavado de dinero que de la Policía orteguista le achaca a la Iglesia católica.
La administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo oficializó la renuncia de Alfredo Coronel Pichardo como director ejecutivo de La Corporación de Zonas Francas, cargo que ocupaba desde noviembre 2022.
La renuncia se produjo el pasado primero de junio, pero hasta este lunes se hizo oficial, según consta en el Diario Oficial del Estado.
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La semana pasada una fuente cercana a la industria textil explicó al diario La Prensa que Alfredo Coronel Pichardo renunció a su cargo por las presiones que recibió por dar seguimiento a las quejas que las empresas del sector habían hecho en concepto de multas millonarias por parte de la Dirección General de Servicios Aduaneros (Aduana).
Entre el año 2018 y 2023, al menos 39 religiosos se han visto forzados a huir de Nicaragua y exiliarse, a causa del hostigamiento y las amenazas que ejerce el gobierno de Ortega Murillo contra ellos, reveló la investigadora Martha Patricia Molina.
La abogada penalista también contabilizó que preliminarmente la administración sandinista ha expulsado a 32 monjas del país en ese mismo periodo.