El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, aseguró que se ha «abusado» la generosidad de su país en el tema del otorgamiento de refugio a migrantes, y por ello están en proceso de mayor regulación, al tiempo que demandó a la comunidad internacional, principalmente a Estados Unidos y Canadá, más ayuda para atender a la población migrante que, según sus cálculos, le cuesta a su país entre 200 y 300 millones de dólares.
Durante una entrevista concedida al periodista de la cadena CNN, Andrés Oppenheimer, el mandatario costarricense insistió que, si ellos no fueran «generosos» en el tema de la acogida a migrantes, bien sean económicos o refugiados políticos, todos irían a parar a otros países como EE.UU. y Canadá, por lo que consideró que deben aporta más a Costa Rica para el sostenimiento de esa población.
Recordó que en su país son 5.5 millones de habitantes nacidos en su territorio nacional, y «no nacidos en Costa Rica» hay un millón, «es decir un 20% de la población». Dijo que han recibido a los migrantes «de corazón» y les han dado «escuela o educación, seguridad social, salud y seguridad pública» y todo eso es lo que les está costando «entre 200 y 300 millones de dólares al año».
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«Costa Rica quiere seguir siendo ciudadano global responsable, que es amistoso, que protege los derechos de las personas, pero esto (la migración) es un problema global y no solo nosotros tenemos que asumir la factura, los países receptores de inmigración, Estados Unidos y Canadá, especialmente, deberían ayudarnos más, porque si nosotros fuésemos menos generosos, es muy probable que la migración les vaya a ellos, lo que estamos pidiendo es que todos seamos buenos ciudadanos globales, no solo Costa Rica», señaló el mandatario.
Contradicciones entre el Chaves candidato y el Chaves presidente
Chaves, sin embargo, ahora, que como gobernante quiere obtener dinero de la comunidad internacional, se contradice con lo que dijo durante una entrevista realizada en enero del 2022, cuando aún era candidato presidencial.
«¿Tiene capacidad Costa Rica para seguir recibiendo a refugiados?», le preguntaron.
«Costa Rica es un país generoso. El que venga tiene que pagar los costos de los servicios públicos. Se acabó», dijo un exaltado Chaves, y así ha sido. Los refugiados tienen que pagar por todo.
«¿Entonces seguiría con el plan de refugio para extranjeros?», le insiste el entrevistador. «No, es que el plan de refugio en Costa Rica es “venga y aquí le pagamos la Caja (del Seguro Social), le pagamos la educación y usted no paga nada”. Si usted quiere venir a Costa Rica usted tiene que contribuir a los gastos en que el país va a incurrir por usted», zanjó el entonces aspirante.
Y efectivamente, los refugiados tiene que pagar todo. Contribuir igual que cualquier costarricense y ahora también pagar el seguro social obligatoriamente, aunque no tenga un ingreso fijo, para poder renovar un carnet de permiso laboral, por orden del propio presidente Chaves. En Costa Rica, incluso los ciudadanos ticos, para poder ser atendidos en el sistema de salud deben de pagar un ante la Caja del Seguro Social, por tanto, habrá que ver de dónde saca los números el mandatario que ahora busca que la comunidad internacional le dé más dinero.
Se queja que han abusado del «refugio»
Chaves dijo que muchos migrantes económicos han abusado de las facilidades para obtener refugio, que se le otorga a los que son perseguidos por distintas razones en sus respectivos países y ahora su sistema de verificación está saturado, por lo que se ven imposibilitados de acelerar los procesos.
Agregó que ahora quieren ordenar su agricultura y para ello van a promover la entrada de nicaragüenses de manera regular, como trabajadores temporales, pero estos deberán pagar seguridad social «a cambio de que paguen una cuota razonable por esos servicios, me refiero a servicios de salud, atención médica y educación de sus hijos», explicó.
Evita llamar “dictador” a Ortega
Hacia el final de la entrevista, el periodista de CNN le recordó al presidente costarricense que sus críticos políticos en su país le han señalado de ser «blando» a la hora de criticar al presidente de Nicaragua y no calificarlo como dictador.
En ese sentido, Oppenheimer le preguntó: ¿Es un dictador Daniel Ortega o no? El presidente Chaves, tras historiar un poco, dijo que no le corresponde a él calificarlo de esa manera.
