El ahora exalcaide del Sistema Penitenciario Nacional (SPN), Darling Iván Morales Duarte, recordado por ser uno de los «duros» carceleros del régimen y señalado de haber sido un despiadado torturador de presos políticos y comunes, en los penales que dirigió, fue despedido recientemente y ahora ruega a la ciudadanía lo recomienden como abogado.
«Amigos, amigas. Feliz sábado. Su servidor ofrece sus servicios como Abogado y Notario. Agradezco de antemano me recomienden con sus familiares, amigos, conocidos y demás personas que necesiten de mis modestos servicios. Dios es mi fortaleza y mi guía en mi nuevo campo laboral. Confío que me dará sabiduría e integridad. Bendiciones», dice el exguardia penitenciario, en un anuncio publicado en su cuenta personal de Facebook, posteado el cuatro de marzo de este año.
Morales Duarte, por varios años fue director de diferentes centros penitenciarios en Nicaragua, y a donde llegaba sembraba el terror entre la población penal, antes del 2018, y esa fama de «duro y despiadado» lo llevó a convertirse, ese año en uno de los primeros directores de la temida galería conocida como «La 300», la sala de tortura para decenas de presos políticos opositores a la dictadura.
Corrido sin pena ni gloria
Una fuente que habló con Artículo 66 a condición de anonimato, que conoce bien al ahora excarcelero porque trabajó con él en uno de los penales, informó que Morales Duarte no fue «retirado» del SPN por años de servicios, sino que fue «dado de baja», producto de una sanción, porque en noviembre del año pasado se fugaron 3 reclusos del penal de Waswalí, en Matagalpa, donde era director desde hace más de dos años.
En ese penal, bajo el mando de Morales Duarte, se encontraban 17 presos políticos, Según el informe de enero, del Mecanismo para el Reconocimiento de las Personas Presas Políticas.
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Todos estos reos de conciencia estaban bajo régimen carcelario diferenciado. Morales Duarte se encargaba que no recibieran visitas normales, que fueran requisados constantemente, restringirles las horas de sol, aislarlos en celdas de castigo y de mantenerlos en silencio, según varias denuncias que hicieron en su momento los familiares. Los 17 presos políticos fueron excarcelados y desterrados a Estados Unidos el 9 de febrero de este año, como parte de los 222 presos políticos expulsados de Nicaragua por la dictadura.
Asimismo, en febrero de 2022, Morales Duarte fue denunciado por familiares del privado de libertad Manuel Urbina Lara por haber amenazado con «desaparecer» al reo si continuaban demandando su libertad. «No lo van a volver a ver», dijo el entonces alcaide a los familiares.
Tras la fuga de los tres privados de libertad de Waswalí, el alcaide fue suspendido temporalmente, pero a finales de febrero pasado le notificaron que estaba «corrido». «Se fue sin pena ni gloria y en silencio», dice la fuente.
Dos presos comunes muertos bajo su administración
El exalcaide Morales Duartes era conocido en el SPN como un «aplaca motines». En el 2012, los reclusos del penal de Granada se amotinaron en demanda de mejores condiciones carcelarias y para allá fue enviado Morales. En menos de 3 horas sofocó la protesta a punta de gases lacrimógenos, balas de goma y cachiporras. Al menos 10 internos resultaron heridos.
En enero de 2014, los internos del penal de Cuisalá, en Juigalpa, Chontales, también iniciaron una protesta que duró una semana exigiendo el fin de los maltratos. Ahí llego el alcaide Morales y en un día, con fuerzas antimotines del SPN aplacó el motín. Más de 30 reclusos resultaron con serias lesiones.
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Ahí, en Juigalpa, organizó un grupo de violentos guardias, que utilizaba para torturar: César Tablada, Alexander López, Pablo Rodríguez, Bayardo Sequeira, Ignacio Mátuz, Alexander Picado, Jorge Jarquín, Lesther Mejía y Lesther Sequeira. Este grupo, bajo el mando de Morales fue señalado de golpear hasta la muerte, a dos reos comunes en Juigalpa. A Carlos Alberto Cohan, de 73 años, en 2014, y a Donald Jiménez Jiménez, de 46 años, en el 2016.
Esos guardias eran los favoritos de Morales Duarte y cuando le tocó irse para La 300, ya con presos políticos del 2018 en esa galería, se los llevó a todos, para que aplicaran sus métodos de tortura a los manifestantes encarcelados por la dictadura.
César tablada e Ignacio Mátuz, recomendados por Morales, ascendieron rápidamente y fueron promovidos en cargos como premio por sus violentos métodos de tortura a presos políticos. Tablada llegó a ser Subalcaide y subdirector de penal, mientras que Ignacio Mátuz alcanzó el grado de primer alguacil. Ambos también fueron corridos del SPN recientemente y al igual que su antiguo jefe, ahora buscan ejercer como abogados en Juigalpa.
Artículo 66 contactó, a través de llamada teléfonica, al excarcelero Darling Morales Duarte para contrastar con él todos los señalamientos que le hacen nuestras fuentes, pero se limitó a decir que estaba entrando a una audiencia judicial. «Si me deja la información, o la pregunta, lo que desea saber y yo le contesto más tarde», dijo el ahora abogado.
Procedimos a enumerarle cuatro preguntas puntuales y se las enviamos a través de Whatsapp al mismo número, pero pasaron las horas y aunque el exverdugo de las cárceles de Ortega leyó nuestros mensajes, ya no volvió a contestar.
Las preguntas obligadas tienen que ver con las acusaciones de torturas contra presos políticos y comunes, su responsabilidad en las muertes de dos presos comunes en el penal de Juigalpa en los años 2014 y 2016, así como la existencia de un escuadrón que operaba bajo sus mandos para actuar con violencia contra los prisioneros.
Minutos antes de la publicación de esta información volvimos a preguntar a Morales Duarte si tendríamos sus reacciones, pero, otra vez, dejó en visto los mensajes.
Este medio quedará atento por si desea responder para publicar su versión.
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