Del obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, se sabe poco o nada. Desde hace más de 40 días fue encerrado en las celdas del Sistema Penitenciario Nacional (SPN), conocida como «La Modelo», dijo Daniel Ortega, el dictador que ordenó su captura y posterior traslado a ese sitio en condiciones inhumanas, según denuncias de organismos locales e internacionales.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), entidad que ha documentado la situación del obispo previo y posterior a su captura, señaló que la vida del purpurado «está en peligro» porque se desconoce cuál es su condición física y psicológica.
Además, dice que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo somete a monseñor Rolando Álvarez Lagos a una situación de desaparición forzada. También exige que lo muestren y lo dejen en libertad.
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El obispo suma más de siete meses desde que fue tomado por la fuerza y secuestrado del Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa, de donde fue sacado con violencia la madrugada del 19 de agosto de 2022. Desde hacía 15 días ya estaba sitiado sin posibilidad de salir a sus labores pastorales.
El régimen de Nicaragua mantiene en prisión al obispo Álvarez desde el nueve de febrero pasado, cuando se negó a ser desterrado a Estados Unidos. Ese día Ortega envió en un avión a 222 personas presas políticas. Además, les arrebató la nacionalidad nicaragüense.
A día de hoy, su familia no ha podido verlo, según denunciaron medios locales y organismos de derechos humanos que documentan el caso del primer obispo encarcelado y condenado por la dictadura de Nicaragua.
Después de resistirse a ser desterrado, el obispo fue llevado a los Juzgados de Managua donde lo sometieron a un juicio sumario exprés. Ese mismo día, el 10 de febrero, fue declarado culpable, lo condenaron a 26 años de cárcel, le arrebataron su nacionalidad y lo despojaron de sus derechos civiles y políticos de por vida.