Tras el reciente destierro de 222 presos políticos, la Unidad Juvenil y Estudiantil, integrada por jóvenes opositores nicaragüenses señaló a través de sus diferentes plataformas sociales que una vez más el régimen de Daniel Ortega «demuestra su debilidad».
«El destierro de las 222 personas excarceladas políticas ha significado una grave violación al derecho internacional representando un crimen de lesa humanidad y dignidad humana», denunció la organización.
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Sin embargo, subrayan que la liberación de los exrehenes políticos «llena nuestro corazón de profunda alegría y esperanza por alcanzar una Nicaragua libre».
Además denunciaron y rechazaron «las reformas arbitrarias y antijurídicas a la constitución política» que según analistas y defensores de derechos humanos, la dictadura de Daniel Ortega las creó para reprimir al pueblo nicaragüense.
Asimismo condenaron el juicio «ilegítimo» contra monseñor Rolando Álvarez, de quien afirman que se ha convertido «en un símbolo de valentía, fe y amor para el pueblo nicaragüense».
«Exigimos su liberación como la de los más de 30 personas presas políticas (que continúan) en las cárceles del régimen dictatorial, cuyos derechos, libertades y dignidad continúan siendo agredidos», demandaron.
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En cuanto a los jóvenes exreos políticos liberados, la Unidad Juvenil y Estudiantil expresó su alegría, afirmando que los opositores secuestrados «han logrado contactarse con sus familias y trasmitir energías renovadas para continuar haciendo frente al régimen dictatorial».
«Hoy reafirmamos el compromiso con la juventud nicaragüense, de seguir articulando una salida a la crisis social, política y democrática en Nicaragua (…) Nuestros liderazgos son más nicaragüenses que cualquier dictador», concluyeron.
Pese al rechazó internacional por las recientes acciones, Daniel Ortega ha afirmado que el destierro y la cancelación de la nacionalidad nicaragüense a los opositores desterrados, ha sido «histórico» porque aduce que «se lucha por la paz».