El Banco Central de Nicaragua estima que el crecimiento económico que reflejará el país para este 2023 podría alcanzar entre un 3 y 4 %, cifra que para el economista nicaragüense Marco Aurelio Peña es muy «optimista» debido a que este año organizaciones como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevén una desaceleración económica para los países latinoamericanos.
En entrevista con Artículo 66, Peña explicó que «para este año 2023 lo que se espera es una desaceleración económica regional, porque se continúa en condiciones de incertidumbre debido al conflicto bélico, de la invasión militar de Rusia a Ucrania, a la inflación mundial, al incremento de los niveles de deuda pública de varios países, al aumento de la tasa de interés y la rápida reanimación económica, que hizo que se dispararan los precios una vez que las demandas internas y externas se reactivaron».
«Y si las autoridades económicas de Nicaragua están previendo una tasa superior al 4% para este año, bueno estarían siendo muy optimistas, en un entorno que se espera sea de desaceleración económica», resaltó.
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Cepal considera que la economía en Nicaragua se podría desacelerar y llegar a los 2,1 de crecimiento económico en 2023 y no a los 3 o 4 %, que prevé el Banco Central.
Según la entidad, la desaceleración en 2023 sucederá porque los países de la región «se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio global, tasas de interés más altas y menor liquidez global».
Los sectores con mayor repunte
El economista nicaragüense detalló que entre los sectores que tendrán un crecimiento positivo en Nicaragua para este año se encuentran la manufactura, la minería, el comercio y el turismo interno.
«Los sectores que han mostrado mayor reanimación económica son manufactura, minería, comercio, el área de bares y restaurantes, eso porque después una vez que la economía mundial liderada por Estados Unidos y China reactivaron sus economías; entonces eso también reanimó la demanda externa y el comercio internacional, entonces los países exportadores de materia prima vieron como sus exportaciones crecían», subrayó.
«También el turismo interno nicaragüense se ha visto reanimado, la gente se ha animado a salir a pasear, a comprar, viéndose pues está reanimación de la demanda del mercado interno nicaragüense luego de ese tiempo que hubo confinamiento, en el que hubo resguardo, en el que hubo una contracción de la demanda y en lo que generó una demanda reprimida y que una vez que las cosas se han ido normalizando, entonces la gente otra vez ha ampliado su consumo, por esa parte también el turismo interno se ha visto beneficiado y eso ha beneficiado la economía de hoteles, bares y restaurantes», agregó.
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Además, remarcó que el flujo de remesas monetarias que ingresa a Nicaragua mantendrá su tendencia creciente debido al éxodo de nicaragüenses, que «migran para ubicarse laboralmente en mercados de trabajos externos y luego mandar una fracción de su ingreso a su familia para mantener determinado nivel de consumo individual y familiar; y eso a su vez como agregado sostiene el consumo nacional».
Sectores con menor dinamismo económico
Para Marco Aurelio Peña entre los sectores que tendrá menor dinamismo económico para este año está el servicio de intermediación financiera debido a que «la banca nacional ha sido muy prudente, primero por la recesión económica que hubo y luego durante la recuperación económica, ya en un periodo de post pandemia, entonces por esa parte los niveles de liquidez se han mantenido bajo un motivo de precaución por parte de las entidades financieras».
Asimismo, explicó que «el año pasado los principales bancos centrales de la economía más grandes elevaron las tasas de interés, entonces los bancos centrales de los países pequeños también han elevado sus tasas de interés como parte de las medidas de políticas monetarias y eso ha encarecido el acceso al crédito».
Por lo tanto, esta medida de los bancos «desincentiva un poco la actividad económica y disminuye los préstamos, disminuye la canalización de recursos, debido a que el precio del dinero está más alto que antes».
Además, Peña destacó que «probablemente haya una desaceleración en las exportaciones, debido inclusive la escalada de precios que se mantiene y entonces, ahí lo que pasaría es que el ritmo de las exportaciones mermaría un poco, eso no quiere decir que van a ver cifras negativas sino que habría una merma en lo que es el sector externo dado este pronóstico de desaceleración en el que probablemente los principales socios comerciales comprarían menos, entonces eso también podría tener una repercusión en la actividad agrícola y las dificultades pues de ubicar los productos en nichos de mercados en el sector externo».
Cuestiona los datos de 2022
El economista también hizo énfasis en que el crecimiento económico positivo que se ha obtenido en 2022 en Nicaragua no se traduce como «una buena noticia» para toda la población, debido a que el país «sigue siendo uno de los menos desarrollado de América Latina, lo ratifica el Banco Mundial, el acceso a servicios básicos sigue siendo un desafío en el día a día, además de eso los flujos de emigración han sido altísimos en los últimos años».
«No necesariamente el crecimiento estadístico positivo de 4% (según el Banco Central de Nicaragua en 2022) sea una buena noticia para todo el mundo. Vemos como nicaragüenses salen de su país y eso no tiene sentido, ¿qué es lo que no tiene sentido? Que, con cifras tan fantásticas, con cifras tan alegres de crecimiento económico; inclusive anunciaron una tasa de desempleo completamente utópica e ideal, que a su vez es irreal, porque eso no es consistente con la realidad. Entonces, ¿cómo es posible que la gente se vaya? Eso no tiene sentido», destacó.
Además, aseguró que «si en una economía le está yendo muy bien, quién en su sano juicio dejaría a su familia, sus amistades, su casa, sus contactos de negocio, sus contactos de trabajo, sus colegas, su rutina para irse a otro a país sin saber cómo le va a ir».
Por lo tanto, Marco Aurelio Peña insta a los nicaragüenses a interpretar la naturaleza y calidad de ese crecimiento. «Porque el crecimiento estadístico simplemente es la capacidad de producción de un país, pero eso no nos dice nada sobre cómo eso está abonando al mejoramiento de la calidad de vida de la mayoría de la gente, y probablemente ese crecimiento económico a lo mejor esté siendo concentrado en algunos sub sectores económicos, es decir alguno le está yendo bien y a otros no tanto», indicó.