La vicemandataria de Nicaragua, Rosario Murillo, en continuación con su discurso en defensa de su paz y el antiimperialismo, refirió que la comunidad internacional se encuentra en la obligación de «retribuir mediante cooperación» a los países empobrecidos de la región para «ser compensados de alguna forma» por situaciones históricas.
«Hemos comprendido que la paz, es el camino y que sin paz somos nada y por eso decimos con toda nuestra alma defender la paz es un deber de patria, de nicaragüenses por gracias de Dios. Hemos comprendido todos y cada uno que fortalecer ese camino es fortalecer el futuro, el porvenir que merecemos, que fortalecernos en el respeto que nos debemos unos a otros y en la exigencia de respeto, la comunidad internacional ahí donde debemos todos los días relacionarnos para una cooperación necesaria, satisfactoria, una cooperación respetuosa y una cooperación que viene siendo una retribución por lo que esas potencias que conforman la comunidad internacional a través de los siglos nos han arrebatado», expresó la vocera del régimen.
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«Cooperación constructiva, cooperación respetuosa, cooperación que es el derecho de nuestros pueblos a ser compensados de alguna forma, por lo que nos quitaron, cooperación solidaria, relaciones respetuosas, amistosas, pero sobre todo verídicas, sin hipocresía, cooperación para avanzar, cooperación para que deje de reinar el egoísmo, la pobreza, y reine Jesús príncipe de la paz, del amor, de ese espíritu que comparte, que convive y que se siente contento, alegre de compartir, y convivir los buenos tiempos y los tiempos difíciles», añadió Murillo en su comunicación telefónica en medios oficialistas.
Ortega y Murillo se han jugado la cooperación internacional rompiendo relaciones diplomáticas con países que son principales cooperadores del país Centroamérica, principalmente con las naciones europeas con las que Nicaragua se ha beneficiado por medio de proyectos que tienen como objetivo la reducción de la pobreza a través de la promoción de un modelo de desarrollo inclusivo más productivo, focalizado en el aprovechamiento del bono demográfico y el avance en materia de educación y salud en el país, según la información que maneja el Banco Central de Nicaragua (BCN).
En ocasiones anteriores la vicemandataria ha llamado «egoísta» a la comunidad internacional y denunciado las sanciones impuestas a su régimen por señalamientos de violaciones a los derechos humanos, represión y falta de cumplimiento a los acuerdos internacionales.
Recientemente Murillo, en su discurso gastado sobre el injerencismo, afirmó que las acciones de otros países «solo han traído dolor, muerte y sufrimiento» al país y solicitó que respeten, lo que llamó «procesos de bien común». «Respeten la bandera, respeten nuestros caminos y respeten nuestros eventos propios», remarcó en el marco de las elecciones municipales celebradas este pasado seis de noviembre en el que Ortega-Murillo se apropió de todos los poderes municipales.
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Los comicios fueron cuestionados por a Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), y organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), así como por la oposición nicaragüense excluida de la competencia. La comunidad internacional demandó elecciones transparentes y con observación, pero el régimen ignoró los llamados legales de los países.
La pareja presidencial en lugar de alinearse a las leyes internacionales se ha dedicado a atacar a los opositores y cualquier país que denuncie la situación de Nicaragua es catalogado de «injerencista» por el régimen y sus seguidores.
