Relatores Especiales de la Organización de Naciones Unidas (ONU) emitieron una declaración conjunta respecto a la situación de los observadores electorales, como defensores de derechos humanos.
Los firmantes y ponentes de la declaración —emitida el 27 de octubre— fueron Mary Lawlor, relatora especial sobre la situación de los Defensores de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas y Clément Nyaletossi Voule, Relator Especial sobre la Libertad de Reunión Pacífica y de Asociación de la ONU.
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«Deseamos enfatizar que los observadores electorales son defensores de los derechos humanos y actores de la sociedad civil. Por lo tanto, los Estados deben permitir la observación independiente e imparcial de las elecciones por parte de todos los observadores, incluso provenientes del extranjero», señala la declaración emitida en el marco del 17 aniversario de la Declaración de Principios para la Observación Electoral Internacional.
Obstáculos para la observación electoral
En cuanto al trabajo de la observación electoral, los relatores coincidieron al señalar que «en todo el mundo las condiciones en las que se llevan a cabo elecciones democráticas se han vuelto cada vez más difíciles», a como ha sucedido en Nicaragua, donde Ortega ha impedido la observación nacional e internacional y se ha perpetuado en el poder, a punta de fraudes, violencia y eliminación total de la oposición.
«Las campañas de desinformación, la retórica dura e incluso la violencia se han dirigido al amplio espectro de actores que participa en los procesos electorales, desde candidatos y partidos políticos, hasta funcionarios y observadores electorales», agrega la declaración.
Por otra parte señalaron que observadores electorales, tanto nacionales como internacionales han reportado un aumento significativo en la gravedad y la escala de los ataques contra ellos, «que van desde el acoso, las acusaciones falsas, la difamación y las amenazas; a la vulneración de su derecho a la libre circulación, detención, expulsión y violencia física».
Manifiestan que incluso algunos observadores han sido asesinados mientras realizaban su trabajo. «En varios casos, el hostigamiento, las agresiones y los asesinatos han sido perpetrados por miembros de los servicios de seguridad del Estado».
Respetar el trabajo de los observadores
Considerando que los observadores electorales, son defensores de los derechos humanos en circunstancias específicas, los relatores exhortaron y recordaron a los Estados miembros su responsabilidad, en el marco del derecho internacional, «de promover y proteger todos los derechos humanos y libertades fundamentales (…) Además de reconocer que en el contexto de los procesos electorales, los observadores electorales nacionales e internacionales son defensores de derechos humanos y actores de la sociedad civil, por lo tanto tienen derecho a esta protección.
Lawlor y Voule concluyeron afirmando que se continuará trabajando en la recopilación de información e informes sobre los desafíos que enfrentan los observadores electorales nacionales e internacionales en el desempeño de su trabajo.
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Pese a las recomendaciones de ONU, en Nicaragua, el régimen de Ortega y Murillo ha impedido la observación electoral tanto nacional como internacional, reduciéndolo a «acompañantes electorales» y solo con sus países aliados.
El Observatorio independiente Urnas Abiertas señaló que en las elecciones presidenciales de noviembre de 2021 hubo una fuertes abstención de votantes, lo mismo que en las votaciones municipales de este año, donde el régimen se adjudicó las 153 alcaldías del país.