Nicaragua y China sostuvieron una reunión en el marco del cumplimiento de un año desde que el régimen de Daniel Ortega decidió romper relaciones con Taiwán y reconocer a la República Popular China como «único gobierno legítimo». El encuentro fue presidido por el sancionado presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, según publicaciones de la prensa oficialista.
Li Zhanshu, presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de la República Popular China, expresó su agradecimiento considerando que la dictadura orteguista «hizo una importante decisión política de restablecer relaciones diplomáticas con China, sobre la base del principio de una sola China».
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El funcionario comunista expresó que China está dispuesta a aprovechar la oportunidad del aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, para incrementar los importantes consensos entre ambos mandatarios, «y hacer de las relaciones binacionales en un paradigma de cooperación, de apoyo mutuo, de desarrollo compartido entre países de diferentes tamaños y realidades».
Por su parte, Gustavo Porras en representación del régimen expresó que «nos sentimos muy orgullosos de esta amistad entre el pueblo chino y el pueblo nicaragüense; nuestros pueblos que en Revolución van luchando por su bienestar y por la paz en nuestros países y en el mundo. es un honor para nosotros y estamos seguros que esta comunicación va a hacer lazos que ya son indisolubles; los va a fortalecer más y seguramente tendremos mucho futuro en términos de comunicación e intercambio entre nuestros parlamentos».
En el encuentro también se encontraba el hijo de la pareja dictatorial, Laureano Ortega Murillo, asesor presidencial para las inversiones, ante el que Zhanshu agradeció por el respaldo de Nicaragua que firmó una declaración de condena ante la visita de la presidenta de la Cámara de Representante de los Estados Unidos a Taiwán, Nancy Pelosi, el en agosto de este año .
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El régimen Ortega-Murillo estableció relaciones diplomáticas con China comunista tras romper lazos con Taiwán. Previo a esta ruptura se benefició de los diversos programas y proyectos que la isla ejecutaba en el país.
Además, la dictadura ordenó la expulsión de la misión diplomática en Nicaragua, la expropió de su bienes y los entregó al gigante asiático para que instalaran la embajada en el país.