Tras las recientes detenciones arbitrarias y procesos judiciales contra al menos 17 ciudadanos, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) señaló que el régimen orteguista «sigue sembrando el miedo y el terror, pregonando sus mentiras y una falsa realidad en Nicaragua».
«Después de muchos días de secuestro, incomunicación o destierros, 17 personas han sido acusadas por “menoscabo contra la integridad nacional”, “traición a la patria”, “noticias falsas”. es lo único que el régimen Ortega Murillo ha comunicado como una velada amenaza», señaló el organismo.
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Indicó que con esta última acción represiva contra los derechos humanos, Ortega está «reforzando» su objetivo «de sembrar el terror y evidenciar una vez más que estos niveles de represión no tienen precedentes en la historia de Nicaragua».
«Víctimas son personas inocentes»
En cuanto a las detenciones arbitrarias contra familiares de opositores a la dictadura de Nicaragua, el Cenidh afirmó que «las víctimas son personas inocentes, sustraídas de sus hogares, convertidas en rehenes u obligadas a huir; esa realidad es cruel, cuya magnitud no la revelan las cifras publicadas».
Enfatizó que los ciudadanos que el lunes, tres de septiembre, fueron acusados, son personas inocentes. «La mayoría están presas en el centro de tortura El Chipote —Dirección de Auxilio Judicial—, aislados, incomunicados, sin comer; personas que tienen familias llenas de miedo, personas inocentes convertidas en víctimas de una dictadura irracional».
«No basta con la denuncia pública»
Por otra parte, los defensores de derechos humanos expresaron que «no basta la denuncia pública como el único mecanismo de defensa no formal que ha dejado la dictadura dentro de Nicaragua».
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Insistieron en «la urgente necesidad» de desarrollar creativamente mecanismos nuevos para la defensa de los derechos humanos de forma más efectiva. «Ante un régimen de terror, ante un terrorismo de Estado, la denuncia pública pierde su fuerza, sobre todo cuando las fuentes, que conocen la verdad están silenciadas, amordazadas y bajo amenazas de muerte», señalaron.
Afirmaron además que el régimen de Ortega ha destruido toda posibilidad a los abogados para hacer uso de las garantías procesales y defender formalmente los derechos humanos. «El Poder Judicial no es independiente, la Procuraduría de Derechos Humanos calla y se vuelve inexistente».
«Los impostores con demostraciones de fuerza siguen sembrando el miedo y el terror, pregonando además sus “buenas obras”, sus mentiras, su falsa realidad; contra esto tenemos que seguir luchando, conocer la verdad, para alcanzar la justicia, ante lo cual se impone el deber de protección de los estados democráticos del mundo», concluyó el Cenidh, señalando que los nuevos rehenes, más las 215 personas presas políticas deben ser liberadas de inmediato.
En la nueva embestida de la dictadura de Ortega, las víctimas son familiares y opositores del partido político Unión Democrática Renovadora (Unamos) o de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), cuyos integrantes recientemente realizaron una formal denuncia ante el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.