La vocera del régimen de Nicaragua, Rosario Murillo, arremetió contra Países Bajos (Holanda) señalándolo de sostener sus «riquezas sobre sangre, esclavitud y crímenes de lesa humanidad».
En su intervención por los medios oficialistas, Murillo atacó al país europeo por cancelar el financiamiento al proyecto del Hospital Regional en el Caribe Norte de Nicaragua, el cual está siendo construido, según ella, «con las uñas» del Presupuesto General de la República, o sea, con los impuestos de los nicaragüenses; y un préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), deuda que también heredarán los próximos gobiernos.
«El Ministerio de Salud nos ha informando sobre los avances del proyecto que cancelaron los colonialistas europeos, Países Bajos, en 2018 y lo más increíble es que vino un ciudadano de piel afrodescendiente a decirnos: “se canceló el hospital” que era para las familias afrodescendientes y comunidades originarias de allá de Bilwi y con una voz de imperio, sin vergüenza alguna de lo que estaba haciendo él como embajador de esa potencia colonial», vociferó la vicedictadora.
Noticia relacionada: Dictadura Ortega-Murillo oficializa rompimiento de relaciones diplomáticas con Holanda
«Ese señor vino aquí a decirnos: no hay hospital. ¡Ah! y ellos creen que no vamos hacer nada, claro que si y seguimos haciendo el hospital con la uñas, pero ahí está el hospital y va adelante con la uñas y con el alma invicta señor embajador y señores imperialistas y señores colonialistas, ahí va adelante», indicó.
Además, «ellos creen que solo ellos pueden, matar sí pueden, pero el alma nicaragüense no la matan, el orgullo nicaragüense no lo matan y ahí vamos y ahí seguimos adelante paso a paso», agregó.
Según la portavoz de la dictadura, el Hospital Regional del Caribe Norte del país les ha costado 99.3 millones de dólares y está previsto a culminarse para el 2023. El edificio tendrá 19 mil metros cuadrados de construcción y contará con 150 camas, ochos módulos de dos plantas y parqueo para 110 vehículos y motocicletas.
«Esta obra es una victoria de la paz, del bien, victorias que vencen, estamos hablando de victorias sobre la mezquindad, sobre la miseria humana, y esas son las que más valen», sostuvo.
Asimismo, Rosario Murillo reiteró su enojo porque al final Holanda no financió ese proyecto. «No hay hospital para los afrodescendientes porque nosotros no queremos dar el dinero, así dijo ese señor, yo lo recibí, yo lo atendí», detalló.
«¡Qué valor! ¡Qué valor! Más no sabe que nosotros somos más valientes y más valiosos que sus miserables migajas, porque eso es lo que dan y eso es lo que diré, porque así como ofenden a los pueblos afrodescendientes, a los pueblos originarios de todo el mundo y así es como han matado, no nos cansamos de decir: ¡asesinos! Eso es lo que son», dijo Murillo.
«Corre sangre, cargan sobre su cabeza que no piensan y sobre su pecho que no sienten, porque no tienen capacidad para sentir es esa miseria que todavía les caracteriza y no se dan cuenta de todo el mal que han sembrando en el mundo y cómo siguen, pretenden seguir, pero bueno», añadió.
Dictadura de Ortega rompe relaciones con Holanda
El pasado 30 de septiembre, la administración orteguista rompió de inmediato las relaciones diplomáticas con Holanda por supuestamente tener una posición «injerencista, intervencionista y neocolonialista».
A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua señaló que Países Bajos ha ofendido «y continúa ofendiendo a las familias nicaragüenses con amenazas y suspensiones de obras de bien común, como hospitales para comunidades originarias y afrodescendientes».
La Cancillería nicaragüense añadió que esa «ofensiva permanente» de ese gobierno, los ha obligado a tomar esta medida «que defendemos con el honor, la dignidad y el espíritu soberano que nos caracteriza».
El Consulado honorario de los Países Bajos en Nicaragua estaba a cargo de Mauricio Gómez Lacayo, jefe de la misión diplomática de Holanda en Managua.