Defensores de derechos humanos alertaron que la vida de la presa política Dora María Téllez corre peligro en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, «El Nuevo Chipote», calificada de cárcel de tortura.
La exguerrillera sandinista de 66 años no ha sido vista desde que el régimen de Daniel Ortega la exhibió el 31 de agosto junto a otros dirigentes gremiales encarcelados.
«En esa ocasión pudimos comprobar su deterioro físico, la marca de la tortura en su cuerpo visiblemente pálido, débil y delgado. ¿Cómo una persona en ese estado y a esa edad puede seguir resistiendo?», cuestionó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), a través de una publicación en las redes sociales, este sábado, 17 de septiembre.
El organismo denunció que «hay un silencio y hermetismo total sobre su situación. (Y) nos aterra pensar en cómo ese deterioro ha avanzado y en las consecuencias fatales e irreparables que pueda ocasionarle».
Ante el riesgo inminente, el Cenidh reiteró su demanda de cambio del régimen carcelario para la otrora comandante guerrillera porque «no puede seguir en El Chipote»; así como la libertad inmediata para todas las personas presas políticas.
«Responsabilizamos al régimen y especialmente a la Corte Suprema de Justicia y a la Dirección de Auxilio Judicial de lo que pueda ocurrirle», sentenciaron los defensores.
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«La Comandante Dos» se encuentra en prisión desde el 13 de junio de 2021, después que policías vigilaran hasta con drones su vivienda, la que posteriormente allanaron. Ese día, la detuvieron arbitrariamente tras golpearla, de acuerdo con las denuncias de sus familiares.
Desde esa fecha, solo ha recibido diez visitas a partir de las cuales se construyó un retrato hablado, en julio, porque la dictadura no había presentado de forma pública a los presos políticos detenidos en el contexto electoral de 2021.
Tras continuas denuncias de los familiares de los presos políticos, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo autorizó presentar a los reos de El Chipote. El miércoles, 31 de agosto, fueron llevadas a los juzgados las presas políticas Suyen Barahona y Dora María Téllez, ambas dirigentes de la organización política Unión Democrática Renovadora (Unamos), antes Movimiento Renovador Sandinista (MRS).
La también historiadora y figura clave del sandinismo que contribuyó al derrocamiento de la dictadura de Somoza es una de las personas presas políticas de la tercera edad a la que los Ortega Murillo le niegan el beneficio de arresto domiciliario; a pesar que, desde sus viviendas, los reos políticos continúan sometidos al aislamiento y falta de atención médica adecuada, según denuncias.
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Téllez fue condenada a ocho años de prisión por el presunto delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional por medio de un juicio anómalo a «puertas cerradas».