El propagandista del régimen de Daniel Ortega y director de la oficialista Radio La Primerísima, William Grigsby Vado, reveló que el gobierno de Gustavo Petro, presidente de Colombia, envió «mensajeros» para negociar la liberación de los presos políticos, a cambio que el país suramericano acate el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. El agitador de Ortega y Murillo no reveló quiénes fueron los mensajeros del mandatario colombiano.
Grigsby, sin embargo, descartó que la dictadura nicaragüense acepte una negociación con Colombia que incluya «que le entreguemos a los tranqueros», en referencia a los más de 200 presos políticos que Ortega mantiene en las distintas cárceles del país en condiciones inhumanas, según denuncias de organismos internacionales. En su programa radial, el azuzador del régimen lanzó ofensas a los «malditos colombianos».
Noticia relacionada: Colombia afirma que se ausentó en sesión de la OEA contra Ortega por “razones humanitarias”
«Aquí no hay nada que negociar. Así que manden de mensajero a San Pedro», afirmó Grigsby. «Nosotros no estamos pidiendo nada diferente a que reconozcan el fallo del máximo tribunal de justicia del planeta. Colombia tiene que reconocer sí o sí ese fallo», añadió, sin especificar si en realidad está hablando en nombre de Ortega y de la Cancillería nicaragüense o si solo es un repetidor de un cuento de pasillo.
El pasado 21 de abril, la CIJ consideró que Colombia ha violado «la soberanía y la jurisdicción» de Nicaragua en su propia Zona Económica Exclusiva (ZEE) al autorizar actividades de pesca en aguas nicaragüenses, y le ordenó «cesar de forma inmediata» su conducta.
Ese mismo día el entonces presidente colombiano, Iván Duque, aseguró que su Gobierno no permitirá que Nicaragua limite los derechos de su país en el mar Caribe, ni los de la comunidad raizal del archipiélago de San Andrés y Providencia.
El fallo tiene sus orígenes en una sentencia de la CIJ emitida el 19 de noviembre de 2012, por la que Colombia mantuvo la soberanía sobre el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, así como de los cayos que lo integran, y conservó 12 millas náuticas del agua que rodea estos territorios, pero perdió con Nicaragua casi 75 mil kilómetros cuadrados de mar.
La «acción humanitaria de envergadura» de Colombia
Tras las declaraciones de Grigsby, quedó develada la «acción humanitaria de envergadura» que anunció el canciller colombiano tras la ausencia de su país en la sesión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), donde se aprobó una resolución que condena la situación de derechos humanos y persecución religiosa en Nicaragua.
«La ausencia de Colombia en la citada sesión se debió tanto a razones estratégicas como humanitarias y no ideológicas», explicó el Gobierno en un comunicado firmado por el canciller, Álvaro Leyva.
«La ventana de oportunidad para una acción humanitaria de envergadura en Nicaragua coincidió con la votación de ese día», se lee en el comunicado donde no se precisa de qué acción se trató, pero sí incide en que el «nuevo gobierno de Colombia promueve y defiende los derechos humanos tanto en el país como en el exterior».
Con esta declaración de Grisgby Vado se da por descontado que los intentos de Colombia de incidir en la dictadura de Ortega habrían quedado enterrados y está por verse si el gobierno del izquierdista Gustavo Petro mantiene su postura tibia con el régimen nicaragüense, si se alinea al clan de dictadores que pupululan en torno a Cuba y al chavismo en Venezuela, con quien el Bogotá ya restableció relaciones diplomáticas y económicas; o si a partir de ahora Petro tendrá una postura más clara en la defensa de los derechos humanos que Ortega viola a sus anchas.