La presentación de diez presos políticos, por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha generado un sinfín de críticas al régimen por tratar de darle un guiño de legalidad a sus acciones. Para justificar su decisión de exponer a los rehenes de conciencia, se inventó un término legal: «audiencia informativa».
Este apuro de la dictadura por exponer que los presos políticos «están bien de salud» se da tras la denuncia de los parientes de los detenidos ante las graves torturas que padecen en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote», un centro donde son sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes, según organismos de derechos humanos.
«Exhibir a los secuestrados políticos son técnicas fascistas de la dictadura de Nicaragua al igual que Hitler querían negar los abusos de campos de concentración y montar una narrativa paralela», afirmó Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
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Juan Diego Barberena, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional y Blanco (Unab), escribió en su cuenta Twitter: «Cada sonrisa y serenidad de los presos políticos es una derrota política y moral para la tiranía».
La abogada María Asunción Moreno, miembro del Consejo Ejecutivo de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), escribió en su cuenta de Twitter: «Cuántas emociones encontradas, es injusto todo esto. ¡Libérenlos! Son inocentes, deben estar en libertad».
La Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) exigió a la dictadura Ortega-Murillo que muestre a todas las personas presas y no solo a una parte. Además, aseguró que las imágenes demuestran el deterioro físico de los 10 reos expuestos. «Exigimos que presenten a los otros hombres y a todas las mujeres que mantiene en cautiverio. Nicaragua debe saber su estado real de salud. Demandamos que los muestren ya», enfatizó.
La doctora Anely Pérez, miembro de la ACDJ, resaltó en sus redes sociales que los presos políticos son inocentes y que los dirigentes universitarios Lesther Alemán y Max Jeréz son «estudiantes brillantes, excelentes jóvenes, excelentes hijos, nicaragüenses dignos… libérenlos».
La Alianza de Jóvenes y Estudiantes Nicaragüenses (AJEN) destacó que los rehenes de conciencia «nos siguen demostrando resistencia y convicción. El régimen les ha robado más de un año de libertad, han perdido muchos momentos importantes en sus vidas con sus familias. Exigimos que los dejen libres ya».
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denunció que la actuación de la dictadura se hace al margen de la ley porque no tiene asidero legal. El organismo explicó que los presos políticos ya fueron notificados de las sentencias condenatorias que les impusieron los jueces orteguistas y que estas mismas fueron ratificadas por el Tribunal de Apelaciones; posterior se recurrió a casación y que los recursos ya debían de haber sido admitidos por la Corte Suprema Justicia (CSJ).