La Conferencia Episcopal de Ecuador (CEE) manifestó su respaldo, cercanía y solidaridad con la Iglesia católica de Nicaragua y, en especial, a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, tras la persecución y asedio por parte de la dictadura de de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En una misiva, los obispos ecuatorianos alegaron que los religiosos nicaragüenses «en estos momentos sufren la más dura persecución y represión por su fidelidad al Evangelio de la vida, de la libertad, de la justicia y de la paz».
«De una manera especial, nos unimos a monseñor Rolando Álvarez, a los sacerdotes, seminaristas y laicos, que se encuentran bajo el asedio y el control de fuerzas gubernamentales», destacaron. La carta está firmada por Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil y presidente de la CEE; monseñor David de la Torre, obispo auxiliar de Quito y secretario de la CEE; y monseñor Alfredo Espinoza, arzobispo de Quito y vicepresidente de la CEE.
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Este miércoles, 17 de agosto, monseñor Álvarez cumple 14 días bajo asedio policial por orden del régimen Ortega-Murillo. El obispo de la Diócesis de Matagalpa permanece encerrado en la Curia Episcopal, junto a ocho personas más, entre sacerdotes y laicos.
El equipo de Artículo 66 conoció que la dictadura de Nicaragua habría permitido la salida de Flavio Castro, músico del coro; y Henry Covera, camarógrafo de la plataforma Diócesis de Matagalpa.
Todavía no existe un comunicado oficial sobre la situación de las dos personas que aparentemente salieron de la sede episcopal, pero tampoco se sabe porqué monseñor Álvarez no aparece en las actividades que encabezaba dentro de la Curia.
Los religiosos que continúan cautivos rezaron el rosario a la virgen María y en cámara solo aparecían siete personas, no hubo acompañamiento musical como es costumbre, y fue notoria la ausencia del líder religioso.
De tal manera la Conferencia Episcopal de Ecuador resaltó que «hacemos nuestras las esperanzas de mejores días para todos los empobrecidos y marginados de la sociedad nicaragüense en un sistema democrático más libre, justo y fraterno».
«Estamos convencidos que el Señor de la historia continuará acompañando y sosteniendo su labor profética y pastoral medio de un pueblo que clama por el respeto y la defensa de sus derechos humanos fundamentales», subrayó.
Al final del escrito, los religiosos concluyeron que «les comprometemos nuestras oraciones para que el Espíritu Santo les siga concediendo la gracia de la sabiduría y la fortaleza necesarias. Que María, la asunta al cielo, interceda por cada uno de ustedes».
En los últimos dos días la dictadura ha arreciado los ataques contra la Iglesia católica en Nicaragua y sus sacerdotes, elevando a tres el número de padres detenidos, otros cinco encerrados en sus templos, además de prohibir las procesiones.