El cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, expresó su solidaridad con la “martirizada” Iglesia nicaragüense ante la persecución religiosa emprendida por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“El martirio sigue siendo una realidad también en nuestros días. En nuestra región, el caso más horrendo es el de la persecución que sufre la Iglesia de Nicaragua”, dijo el cardenal Rosa Chávez durante la fiesta del Divino Salvador del Mundo, patrono del país centroamericano.
El obispo Rosa Chávez, fue amigo y cercano colaborador de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador y defensor de los derechos humanos en los años previos a la guerra civil, que fue asesinado por un comando paramilitar de extrema derecha el 24 de marzo de 1980 y elevado a la santidad en 2018.
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Durante la misa, Rosa Chavez leyó el comunicado de solidaridad elaborado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en solidaridad con los obispos de Nicaragua.
“Los últimos acontecimientos, como el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía”, dijo el cardenal salvadoreño, leyendo el comunicado del CELAM durante la eucaristía por el Divino Salvador del Mundo.
«Una casa en llamas»
No es la primera vez que el obispo auxiliar de San Salvador habla sobre la represión que viven los nicaragüenses a manos de la dictadura orteguista.
En octubre de 2018, en el marco de la canonización de monseñor Romero, definió la situación de nuestro país como una “casa en llamas”.
“Una casa con tristezas. Una casa en llamas en Nicaragua. Hoy hemos rezado por Nicaragua y sus pastores”, dijo Rosa Chávez en la Plaza Barrios de San Salvador, en presencia de los obispos nicaragüenses Leopoldo Brenes, Rolando Álvarez, Pablo Smith Simón y David Zywiec Sidor.
En aquella eucaristía, hubo pancartas en apoyo a la Iglesia de Nicaragua, especialmente con el obispo Silvio José Báez; que en esos días estaba siendo víctima de un fuerte hostigamiento por parte de la dictadura, a través de montajes de audio.