Se cumplen dos años del atentado a la capilla de la Sangre de Cristo, en la Catedral Metropolitana de Managua. La acción provocó un incendio que llevó a que la imagen, con más de 300 años de historia, quedara carbonizada, pero en pie.
El «acto terrorista», a como lo tildó la misma iglesia católica, conmocionó a todo el país. Los religiosos han estado en el punto de mira desde el estallido social de abril 2018 por mostrarse cercanos a los opositores y apoyar actividades para atender a los heridos durante los ataques del gobierno de Daniel Ortega.
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En la homilía de este domingo, el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, conmemoró junto a su feligresía este atentado, afirmando que «se recuerda este acontecimiento que marcó nuestras vidas, la conmemoración de ese atentado a nuestra bella y consagrada imagen de la Sangre Cristo».
«Alguien me preguntaba que qué miro en el rostro de la Sangre de Cristo, yo miro compasión, perdón, ¿qué miro en el cuerpo calcinado en la Sangre de Cristo? Miro a Cristo Jesús clavado en la cruz, muriendo por nosotros, perdonándonos», expresó el jerarca católico.

Aludiendo a la persecución contra la Iglesia católica en Nicaragua, Brenes dijo que «en ese rostro —de Cristo—, en esa mirada, no hay odio, no hay rencor, sino que es una mirada de misericordia; ese cuerpo calcinado de la imagen de la Sangre de Cristo ahí clavado en la cruz, no destruido, sino clavado en la cruz, nos recuerda que está clavada nuestra salvación y sobre todo el gran bien del amor y de la misericordia».
El religioso enfatizó que «Nuestra devoción, nuestro amor a la Sangre De Cristo presente en esa bella imagen continúa con todo el fervor y sigue fortaleciendo y alimentando nuestra fe como el gran valor y una gran riqueza que nosotros tenemos».
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Además exhortó al pueblo católico a pedirle a la Sangre de Cristo que nos dé fortaleza y ser testigos de su amor y que aquellos que han querido con este atentado romper y debilitar nuestra fe, que la Sangre de Cristo los salve».
Día de reparación
Por su parte, el padre Said Ruiz, vicario de Catedral de Managua, expresó que este es un día de reparación y de penitencia «por la ofensa cometida en contra de Cristo en la eucaristía».
Informó que una vez culminada la ceremonia religiosa, los feligreses presentes podían pasar a la capilla de la Sangre de Cristo para «pedir perdón al Señor por la ofensa cometida».

«Si tenemos algo que celebrar es que Cristo siempre puede más que el mal, Cristo vence, el amor vence al odio; el perdón vence a la violencia. Celebramos que en Cristo está nuestra esperanza firme».
Incendio provocado por un encapuchado
Los feligreses recuerdan ese trágico momento en donde un sujeto encapuchado, que hasta la fecha no se ha logrado identificar, lanzó una bomba molotov a la capilla, ocasionando un incendio en el área donde permanece la imagen y en donde también está expuesto el Santísimo.
La Arquidiócesis de Managua señaló lo ocurrido como «un acto de sacrilegio y profanación». Hasta la fecha todo el prelado sigue afirmando que no fue un accidente.
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En tanto la vocera y vicedictadora Rosario Murillo dijo, media hora después del siniestro, que el fuego fue provocado por «una veladora», mientras que el arzobispo y cardenal Leopoldo Brenes dejó claro que lo ocurrido en el templo religioso fue «un acto terrorista planificado», desmintiendo así las declaraciones de la primera dama.
Desde el 2018, la Iglesia católica ha experimentado una voraz persecución, asedio, difamación y hasta encarcelamiento a dos sacerdotes por parte del régimen orteguista, sin embargo los jerarcas religiosos han afirmado constantemente que siguen «predicando la palabra de Dios» y estando a favor del pueblo.