Líderes políticos nicaragüenses e internacionales rechazaron el consenso que hubo en el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), en donde los cancilleres de la región apuestan por otorgarle la Secretaría General del organismo al cuarto candidato propuesto por la administración de Daniel Ortega.
Después de tres intentos fallidos, la dictadura de Nicaragua alcanzó más simpatía con la postulación de la terna conformada por Werner Vargas, exdirector Ejecutivo del SICA (2014-2020); Myriam Vásquez, quien se ha desempeñado en cargos técnicos y de asesoría jurídica en organismos y el Gobierno; y Claudio Arana, asesor legal de la Cancillería de Nicaragua.
La exdiputada y economista Edipcia Dubón, en entrevista para el podcast AHORA de Artículo 66, calificó como «un error» que los países miembros del SICA «en un momento de fragilidad institucional y de deterioro de las condiciones económicas y sociales apostar a que encabece las decisiones de la región el gobierno que es el más excluido, por las mismas decisiones que ha tomado el gobierno de Ortega al permanecer de forma ilegítima en el poder».
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La crítica del régimen de Nicaragua alegó que la llegada de la administración de Daniel Ortega al poder en 2007 ha tenido implicaciones también a nivel regional, debido a que desde hace un año el órgano del SICA se encuentra acéfalo por la falta de consenso y aprobación a las ternas que ha presentado la dictadura, ya que los miembros de la entidad centroamericana no están dispuestos a que sea una persona «incondicional» al régimen de Ortega el que ocupe ese puesto.
«Desde hace un año prácticamente el SICA en sus órganos de decisión están congelados, sin capacidad de actuación por la determinación de un régimen que no goza del respaldo de su población ni del reconocimiento internacional», señaló Dubón.
La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, sostuvo que entregar el más alto cargo administrativo del SICA a un funcionario de Daniel Ortega es «una bofetada a las víctimas de la represión».
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«Imposible cerrar los ojos ante esta advertencia. Dar la Secretaría general del SICA a Nicaragua es dar una bofetada a las víctimas de la represión y dar más poder al país que ha alterado el balance militar en Centroamérica y que ha aplaudido el horror de Rusia en Ucrania», manifestó la exmandataria en su cuenta de Twitter.
De igual forma, Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), se pronunció ante la posibilidad de que Nicaragua asuma la Secretaría del organismo regional con el respaldo de los países miembros.
El ahora crítico de Ortega aseguró que «no puede haber integración sin integridad» e instó a los gobiernos de la región que se consideran democráticos a ser «coherentes» con sus acciones.
«Estamos muy preocupados por lo que está pasando en Centroamérica. El SICA estaría por darle en bandeja de plata a la dictadura de Daniel Ortega la secretaría general del SICA esto va en contra de todos los principios del SICA, en el tema de la institucionalidad o aspectos vitales como la democracia, derechos humanos y fortalecimiento de una integración verdadera», dijo McFields en un video publicado en Twitter.
Además, señaló que «la palabra final la tendrán los presidentes de la región. Guatemala, Honduras y El Salvador están firmes con Ortega, Costa Rica y Panamá todavía pueden dar voto de dignidad y principios democráticos».
La nueva ficha de Ortega cuenta con una amplia experiencia en asuntos vinculados con cooperación a través del SICA, lo que le ayudó a conseguir el apoyo de los países miembros.
