Este 17 de junio se cumplen cuatro años de impunidad en los asesinatos de Darwin Ramón Potosme y Erick Antonio Jiménez López, ambos originarios de Masaya y víctimas de la represión perpetrada por la administración de Daniel Ortega en 2018.
La Asociación Madres de Abril (AMA), en una publicación, detalló que Potosme, quien se desempeñó como artesano de calzado en Monimbó, fue asesinado «por paramilitares y policías de la dictadura Ortega-Murillo de un disparo en el ojo».
El artesano murió a los 34 años de edad, en manos de un francotirador en el Parque Central de Masaya, a pocos metros de la estación de Policía de la zona. Sus amigos y familiares le decían cariñosamente «Fafo».
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«El 17 de junio a las cinco de la mañana sonaron las campanas de la iglesia San Sebastián avisando que había un ataque de policías y paramilitares contra las barricadas. La hermana de Darwin salió a buscarlo al tranque cercano a la casa. Sus compañeros le dijeron que no estaba y que tampoco respondía el teléfono celular. Como a las seis alguien llamó para decirles que lo habían matado. Un francotirador le disparó un tiro certero a la cabeza», indicó AMA.
María Andrea José, madre de Darwin Postome, lo recuerda como «un hijo cariñoso, amoroso, alegre; era el que hacía la bulla en la casa y le gustaba dar bromas. Tenía muchas amistades porque era sociable y atento con los vecinos. Como todo monimboseño, también era buen artesano y le gustaba pintar cuadros, que vendía en el mercado de artesanías».
El organismo destacó que la víctima de la dictadura «había estudiado computación y después entró a la Academia de Policía, donde se graduó, pero pidió su baja en 2012 porque no le gustaba que lo llevaran a operativos fuera de su jurisdicción. Se regresó a la casa a trabajar en cuero, el que se utiliza para confeccionar sandalias. Soñaba con tener un negocio propio».
«A «Fafo» le encantaban las fiestas tradicionales de Masaya, como el Torovenado, y una vez hasta se vistió de mujer y salió en el Baile de Negras con los otros amigos del barrio. Desde chiquito su pasión fue el fútbol y cuando creció se hizo entrenador en el colegio Salesiano Don Bosco. Entrenaba a los jóvenes y organizaba ligas infantiles que competían en campeonatos. Edwin Monge, su hermano, dice que en los partidos de fútbol Darwin siempre los animaba a dar lo mejor de uno: «Hay que darlo todo, sin miedo», les decía», relató Meylin Potosme, hermana del artesano a la asociación.
Cuatro años de impunidad en el caso de Erick Antonio Jiménez
El 17 de junio de 2018, también fue asesinado Erick Antonio Jiménez López, quién laboraba como obrero. Murió de un disparo en el pecho, realizado por paramilitares del régimen Ortega – Murillo en la comunidad de Monimbó, Masaya cuando realizaban la «operación limpieza».
El joven «se encontraba a escasos metros de una barricada, cuando fue herido por arma de fuego en la parte central del pecho. Todos los atrincherados fueron cercados por los paramilitares, que dispararon sin tregua sobre la población civil», detalló AMA.
Nelly Grisselda López García, tía de la víctima, indicó a AMA, que ese día su sobrino estaba afuera de la casa observando como todo pasaba, sus familiares le pidieron a Erick Jiménez que ingresara a la vivienda pero él contestó que no se iba a quedar ahí solo viendo, y se integró a defender a su pueblo.
Minutos después, «me voy para afuera y veo a Erick ahí, en el suelo. Me tiré encima de su cuerpo, lo agarré, lo abracé. Yo sentía que las balas me pasaban por arriba. Estaba toda mojada por la sangre que le salía del pecho, donde le dio la bala. Me quedé así, abrazando su cuerpo para evitar que se lo llevaran. Mi marido me decía que me metiera, pero yo quería meter el cuerpo de Erick a la casa», relató la tía del joven.
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Los familiares de Erick Jiménez, a cuatros años de su muerte, demandan justicia para «identificar a las personas que les hicieron daño y reparación para aliviar un poco el dolor que nos han causado. Esta lucha heroica y desigual fue de un pueblo que se rebeló contra este dictador».
«El 17 de julio de 2018, el gobierno de Daniel Ortega ejecutó la llamada Operación Limpieza en Monimbó, Masaya. Los auto-convocados respondieron a la embestida de los paramilitares con morteros y piedras, en una lucha desigual en vista del armamento pesado utilizado durante el ataque al barrio», señaló AMA.