Este dos de junio, se cumplen cuatro años del asesinato de Geovanny Miguel Reyes, una de las víctimas de la represión perpetrada por la administración de Daniel Ortega en 2018. El caso sigue impune y su familia demanda justicia por su muerte.
La Asociación Madres de Abril (AMA), en una publicación, detalló que Geovanny Reyes fue asesinado por «paramilitares encapuchados, que a bordo de una camioneta Hilux atacaron las barricadas instaladas frente al Colegio Gaspar García Laviana, en el barrio Orontes Centeno, en Tipitapa».
«Al lugar llegaron tres camionetas Hilux color blanco en las que se movilizaban paramilitares. Los del tranque gritaron «¡corran!», pero a Geovanny se le reventó la chinela y eso le impidió salir rápidamente del lugar. Al mirar hacia atrás un paramilitar le dijo: “hasta aquí llegaste” y le disparó en la frente. Un amigo del joven, identificado como Franklin, intentó levantarlo del suelo pero él también recibió un disparo en la cabeza», relató el organismo.
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Reyes tenía 28 años. Fue impactado por una arma de fuego en su frente y lamentablemente dejó a tres hijos en la orfandad. El asesinato del joven ocurrió el mismo día que su hija mayor cumplía años, fecha que se volvió en tristeza.
AMA indicó que Jennifer Reyes Castrillo, esposa de Geovanny, «no se explica por qué lo mataron», debido a que «ellos habían colaborado con los sandinistas en las mesas electorales y Geovanny últimamente iba a las reuniones del CPC (Consejos del Poder Ciudadano). Nunca opinaron, pero se dejaban guiar por el resto de la familia que era sandinista».
La cónyuge del joven «lo describe como un hombre responsable con los gastos de la casa, pendiente de las necesidades de los hijos y solidario con los oficios domésticos. Tenían 12 años de haber contraído matrimonio y durante ese período procrearon tres hijos, dos niñas y un varón», detalló AMA.
«Éramos un matrimonio como cualquier pareja. Sus hijos eran todo para él, nunca los desprotegió. Siempre buscábamos cómo estar unidos en familia, con los hijos. Teníamos problemas pero buscábamos cómo resolverlos donde los hijos no nos vieran», relató Jennifer a la asociación que demanda justicia por su muerte.
La esposa de Geovanny Reyes indicó que el joven en 2018 se encontraba desempleado, por lo tanto él se encargaba de realizar los quehaceres del hogar y atendía a los niños mientras ella trabajaba. Además, ayudaba a sus hijas con sus tareas.
«Se ponía con ellas a estudiar. Soñaba con ver a su hija mayor cumplir los 15 años para celebrarlo en grande. Se ponían los dos a practicar el baile y todo lo que iban a hacer, la niña quería que su papá la llevara del brazo…», manifestó.
AMA exige justicia por el asesinato de Geovanny Reyes, uno de los más de 350 casos de nicaragüenses muertos a manos del aparato represivo del régimen de Daniel Ortega.