El cardenal Leopoldo Brenes exhortó en su homilía de este «domingo de resurrección» desde la Catedral de Managua, a seguir los pasos de Jesucristo y pedir por la paz en el mundo.
«Cuando vivimos algunas situaciones difíciles y a veces no entendemos, no comprendemos; situaciones demasiadas pesadas para nosotros que nos pueden decepcionar, no olvidemos que hay esperanza y no podemos quedarnos encerrados en la tumba vacía».
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En alusión al contexto social y político que vive Nicaragua y a la guerra que libra Ucrania contra Rusia, el arzobispo de Managua, dijo que «en la guerra no puede estar Jesús, en el odio no puede estar Jesús, en los denigrantes no puede estar Jesús».
Enfatizó que los nicaragüenses tienen que ser personas de esperanza «y poder descubrir a ese Cristo que ha resucitado, a ese Cristo que es esperanza, ese Cristo que es caricia, ese Cristo que es un abrazo, ese Cristo que es alegría».
«Yo quisiera invitar a mis buenos hijos a que podamos sentir, podamos pensar cómo el Señor ha estado obrando conmigo, cómo el Señor se ha manifestado, cómo el Señor se ha hecho presente en mí..», agregó.
Aludiendo a los mensajes de odio que ha emitido la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo contra la Iglesia católica de Nicaragua, Brenes reiteró que «en el odio, en la muerte, en la calumnia, en aquellas frases de odio, de rencor, de difamación, allí no está Jesús, porque Jesús es amor y ha venido para que tengamos vida en abundancia».
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«Desde la cruz no encontramos una frase de ofensas para aquellos que lo habían azotado, lo habían torturado. El gran sentimiento que sale de un corazón grande: perdónalos Señor porque no saben lo que hacen», señaló.
La palabras de la máxima austeridad de la Iglesia Católica llegan en un mes donde Murillo ha arremetido contra líderes religiosos y contra la oposición en Nicaragua a los que siguen llamando «traidores de la patria».
A vísperas de los cuatro años de la rebelión cívica del 18 de abril de 2018, la dictadura de Ortega ha incrementado su ataque y asedio contra el pueblo nicaragüense.