Julio Sandino Granera, hijo de la prisionera política Violeta Granera, intervino ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para demandar a la dictadura de Daniel Ortega que ponga en libertad a los más de 170 opositores que han sido encarcelados en el país y que Ortega mantiene en condiciones de máxima represión en los distintos centros penales de Nicaragua.
Sandino Granera hizo un llamado dramático ante los 47 países del Consejo a «tomar cartas en el asunto» y demandó al régimen sandinista que libere a los presos políticos, sobre todo, a los que, igual que su madre, son adultos mayores y están en riesgo de morir en la cárcel.
«Pese a una infinidad de llamados por organismos Internacionales de derechos humanos, el Estado de Nicaragua se niega a liberar a todas las personas que fueron detenidas únicamente por que de manera cívica y apegadas a la Constitución de la República exigían una Nicaragua en democracia», denunció el hijo de la opositora, a través de un video que fue presentado durante la reunión en la que la Alta Comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, presentó un informe detallado sobre las violaciones a los derechos humanos por parte de Daniel Ortega.
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«La situación de los presos políticos es insostenible y es angustiante. Me voy a referir particularmente a la situación de mi madre. Una mujer de 70 años, con una serie de padecimientos crónicos, propios de su edad y que lleva más de ocho meses encerrada en una celda de 3×4 metros, durmiendo en una cama de concreto, en donde el bombillo no se apaga las 24 horas y no la dejan descansar; en donde debido a la mala alimentación ha perdido parte de su dentadura y ha bajado más de 30 libras. Esto, si le sumamos las malas condiciones del lugar, el aislamiento al que es forzada y los constantes interrogatorios todos los días, ha hecho que ya haya muerto una persona mayor de edad, y el gobierno ha tenido que enviar a otras personas a sus casas por el temor de que mueran dentro de la cárcel», dijo el joven Sandino Granera.
Al finalizar su intervención y con la voz entrecortada, el hijo de la activista y líder de la Unidad Nacional Azul y Blanco, insistió a los representantes de los 47 países que integran el Consejo de Derechos a «tomar cartas en el asunto». «No queremos seguir viendo morir a más gente. No quiero ver morir a mi madre», concluyó el joven.
Durante la reunión, varios países integrantes del Consejo de Derechos Humanos de la ONU pidieron la designación de una comisión de expertos internacionales para integrar un Mecanismo de Seguimiento y Rendición de Cuentas que pueda hacer comparecer a la dictadura de Daniel Ortega y lo obligue a respetar los derechos humanos. También piden que esta entidad tenga como mandato «recabar y proteger las pruebas» sobre los abusos del régimen sandinista, que puedan servir luego para encausar penalmente a nivel internacional a la cúpula que gobierna con mano de hierro el país.
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En esta sesión, el Alto Comisionado de Derechos Humanos también instó a Ortega a liberar a todas las personas presas políticas, a anular los juicios, cesar en la persecución contra defensores de derechos humanos y periodistas y a permitir el ingreso de los organismos defensores de derechos humanos para constatar en el país las denuncias que han hecho los familiares y víctimas de la represión.
Hace una semana, la dictadura de Ortega realizó un juicio contra Granera y otros seis líderes opositores y precandidatos presidenciales. Según sus familiares, durante la audiencia de juicio, la activista intervino y le dijo al juez que quizá ella no vivirá para ver un cambio político en el país, pero instó a «seguir luchando» por la libertad y democracia de Nicaragua.