Los familiares de presos políticos asumen como un gesto de «buena voluntad» la decisión de la administración de Daniel Ortega de cambiar el régimen carcelario a tres reos de conciencia, del grupo de mayores de 60 años, por detención domiciliaria con custodia policial.
En un pronunciamiento, divulgado este lunes, 21 de febrero; los parientes de los rehenes de la dictadura reconocieron «la muestra de buena voluntad que el gobierno de Nicaragua extendió recientemente a tres presos políticos de edad avanzada y salud frágil».
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Los presos políticos a los que enviaron a sus casas son: Arturo Cruz, aspirante a la Presidencia; Francisco Aguirre Sacasa, excanciller de Nicaragua; y José Pallais, exdiputado y miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. Fueron enviados a «detención domiciliaria» con custodia policial, informó la noche del 18 de febrero el Ministerio Público. Los tres opositores presentan un grave deterioro en su salud después de más de ocho meses en prisión. Los reos de conciencia estaban cautivos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Chipote».
Para los parientes, a pesar de que «Nicaragua vive momentos sumamente tensos» el leve cambio fue «luz», en medio de la oscuridad, angustia y penumbra que ellos viven.
Los tres opositores enfrentan procesos penales por el supuesto delito de «conspiración para el menoscabo a la integridad nacional» en perjuicio del Estado de Nicaragua.
Esta acción del régimen se da después que el pasado 12 de febrero falleció bajo custodia del régimen el exguerrillero y preso político Hugo Torres. Pasó ocho meses detenido, seis de ellos bajo condiciones inhumanas en las celdas de «El Chipote», sus últimos dos meses de vida estuvo internado en un hospital de Managua donde finalmente murió.
Reiteran el «anhelo de ver pronto en sus hogares a los hermanos y hermanas que continúan tras las rejas, en particular a los de la tercera edad y en estado de salud precario».