Hoy, 21 de diciembre de 2021, se cumple un año de la protesta del opositor y ahora preso político Sergio Beteta Carrillo, quien quemó la bandera del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y ondeó la de Nicaragua, exigiendo la unidad de la oposición.
El reloj marcaba las 08:15 minutos de la mañana, cuando Beteta se ubicó en una de las calles de Managua y desafió al régimen de Nicaragua, en un momento en que pocos se atrevían a enfrentarse a los oficiales orteguistas porque la represión había alcanzado niveles máximos.
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«¡Bárbaro mi hermano!», gritó un hombre que iba en su vehículo, mientras Beteta —en frente de decenas de personas que pasaban por las inmediaciones de la Universidad Centroamericana (UCA)— se paseaba de un lado a otro con la bandera de Nicaragua, mientras el fuego reducía la roja y negra, símbolo del sandinismo.
«¡Libertad para los presos políticos! ¡Libertad para Nicaragua! Unidad es lo que queremos, unidad es lo único que nos va a llevar a ser libres», expresó el joven opositor a Artículo 66, quien transmitió en vivo la protesta cívica.
En su breve discurso, Beteta dijo no tener temor, pero uno de sus familiares asegura que lo que hizo el joven «fue un acto suicida», en especial, porque la acción la desarrolló en una zona de la capital que está minada por policías y paramilitares.
«Arriba UNAN (alumno de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua), yo soy exUNAN, comando de la UNAN», fueron las últimas palabras en público de Sergio, porque después fue sometido por seis policías que llegaron en sus motocicletas y se abalanzaron en su contra; luego se les unió una veintena de agentes y simpatizantes del régimen de Ortega que aparecieron de repente.
Al opositor lo golpearon, y no solo policías arremetieron en su contra, sino también fanáticos del régimen, que pedían a gritos que se lo llevaran preso. minutos después de la paliza, al preso político lo subieron a una patrulla policial, directo al distrito uno de la Policía de Managua; en las afueras de la delegación se le tomó una foto, que circuló en redes sociales, donde aparecía esposado y se notaba que había sido golpeado.
Condenado por posesión de drogas y armas
Aunque este medio de comunicación transmitió la protesta del rehén del régimen, el Juez Séptimo de Distrito Penal de Juicio, Melvin Leopoldo Vargas, lo declaró culpable de los supuestos delitos de tráfico de drogas y portación ilegal de armas.
Los testigos fueron policías, quienes porfiaron que el joven no portaba la bandera de Nicaragua, mucho menos quemó la del FSLN; pero en respuesta al fallo, en media sala de juicio, el joven volvió a desafiar al régimen: «¡Viva Nicaragua libre!».
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La justicia de Daniel Ortega lo condenó a cinco años y nueve meses de prisión, por los supuestos delitos de tráfico de drogas y portación ilegal de armas.
No contento con el veredicto, el fiscal Carlos Rafael Espinoza Castillo apeló la sentencia que el judicial dictó el 23 de marzo, ya que estaba en desacuerdo con la pena mínima impuesta. La resolución aún no es emitida por el juez.
«Es falso que digan que Sergio andaba con estupefacientes, con armas o bajo sustancias ilícitas; lo que hizo fue por amor a su patria, por exigir la unidad de la oposición, porque todos los opositores están dormidos, sin hacer nada y viendo que Nicaragua se está hundiendo a manos de un régimen autoritario», dijo una fuente cercana al joven.
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Por su parte, el abogado Julio Montenegro refirió que la apelación en favor de Beteta es porque hay pruebas contundentes que muestran que el opositor es inocente. «Hay un vídeo claro que muestra que mi defendido lo que ejerció fue su derecho a la protesta cívica; nunca se demostró su culpabilidad», remarcó.
EE. UU. demanda libertad de Beteta
Como parte de la campaña «Navidad sin preso políticos», el 16 de diciembre, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian A. Nichols, demandó la liberación inmediata del líder estudiantil Sergio Beteta, y de los más de 160 presos políticos.
«El estudiante Sergio Beteta languideció en prisión desde diciembre de 2020 por protestar pacíficamente contra el régimen de Nicaragua», expresó el funcionario estadounidense en su cuenta de Twitter.
Además, el delegado de la administración de Biden señaló que Daniel Ortega y Rosario Murillo mientras hablan de defender la soberanía de Nicaragua, violan los derechos humanos de nicaragüenses y mantienen encarcelados a 28 jóvenes de entre 19 y 25 años. «Ortega-Murillo canta sobre la soberanía mientras pisotea a la juventud nicaragüense y les roba su futuro», cuestionó Nichols.
¿Quién es Sergio Beteta
El joven es originario del barrio San Judas, en Managua. Sus amigos señalan que es un joven decidido, valiente, sin ningún temor de expresar sus pensamientos y sobre todo creyente de la democracia y de la igualdad de derecho.
El 24 de diciembre de 2021, Beteta cumplirá sus 31 años. Por segunda vez, lo pasará en prisión. Una familiar del joven expresó que «tomó la decisión de participar al ver cómo los jóvenes estudiantes que protestaban contra las medidas y la represión desatada por el régimen fueron heridos, desaparecidos y otros asesinados por la guardia orteguista».
Fuentes dijeron a este a este medio de comunicación que a pesar que Beteta solo logró culminar el cuarto año de secundaria debido a que se dedicó a trabajar, aprendió a utilizar medios tecnológicos, lo que le permitió estar en canales de televisión, trabajando en el área de producción televisiva. «Sergio es muy profesional a pesar que no tiene un título universitario; si hablás con él, te darás cuenta que es un chavalo con muchos conocimientos», relató.
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Según sus familiares, Beteta trabajó como editor para Canal 2 y posteriormente como editor de segmentos variados en Canal 6, renunció antes de las protestas sociales de 2018 y se desvinculó totalmente al conocer cómo «maquillan la información sobre los secuestros y asesinatos de niños inocentes, jóvenes y adultos opositores al gobierno», declaró.
«Trabajó como editor y camarógrafo para otras productoras independientes; hasta mayo de 2018 laboró como videógrafo para una empresa de telefonía. Renunció cuando la Policía ejecutaba la búsqueda, secuestro y tortura de jóvenes opositores al régimen, incluyéndolo a él, porque lo buscaban y advertían que si lo agarraban lo involucrarían en delitos de narcotráfico», indicó una familiar del opositor.
Beteta Carrillo es uno de los más de 160 presos políticos a quienes el régimen de Daniel Ortega ha privado de su libertad. Entre mayo a noviembre la dictadura ha encerrado a 40 opositores, entre ellos a siete aspirantes presidenciales.
«¡Pidan 100 años, pidan los años que quieran, pero les aseguro que pronto ustedes van a quedar sin trabajo por exigir condena en contra de una persona inocente!», fue la respuesta de un firme Beteta a las exigencias de la Fiscalía.