Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, hizo énfasis en la necesidad de un diálogo con condiciones para solucionar los conflictos entre los pueblos y naciones, «incluso los más graves, pueden encontrar soluciones válidas solo a través del diálogo, única arma digna del ser humano y capaz de garantizar una paz duradera».
Sin embargo, durante su homilía de este domingo, cinco de diciembre, desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos, el religioso señaló que ningún diálogo funciona cuando no se respetan los derechos humanos».
En cuanto a la crisis política que vive Nicaragua a manos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quien tiene cautivo a más de 160 presos políticos, Báez dijo que «es imposible dialogar sin restablecer las libertades ciudadanas, sin liberar a quien está en la cárcel por pensar diferente y sin renunciar a usar la violencia para imponerse».
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«Aún con los mejores garantes o mediadores del mundo, un diálogo no será exitoso, si alguna de las partes no está dispuesta a bajarse y escuchar, a reconocer sus errores, ceder y cumplir con lo acordado. Para dialogar hay que rebajar los montes y las colinas de la arrogancia», agregó.
Además, insistió que es necesario «abajarnos» para superar conflictos y malentendidos. «También a nivel social, si queremos construir una nueva convivencia, es necesario rebajar las montañas de la soberbia y de la arrogancia. Quien ha hecho de la mentira y de la agresividad un estilo de vida es incapaz de construir relaciones de paz y de concordia a través del diálogo y la concertación», destacó.
No conformarse con la mediocridad
Basándose en el Evangelio de San Lucas que habla del apóstol San Juan, quien estuvo en el desierto «para escuchar la voz del Señor», monseñor Báez indicó que «¡Qué necesarias son hoy las voces que llaman a no conformarnos con la mediocridad y nos invitan a enderezar la vida personal y la convivencia social según la voluntad de Dios! ¡Qué importantes son las voces que gritan sin temor en nombre de Dios, la verdad e invitan sin desfallecer a tener esperanza!»
«Una sola voz que se atreva a decir la verdad con valentía tiene una fuerza asombrosa, aunque sea solo una voz en el desierto. No lo dudemos. Una sola voz serena y fuerte que haga renacer la esperanza y no se deje intimidar por nadie, produce un efecto sorprendente, aunque sea solo una voz en el desierto», afirmó.
«Juan Bautista era un rebelde frente a la religión acomodada de Jerusalén, por eso no estaba en el templo sino en el desierto. Era también un crítico de la sociedad desigual e injusta de Judea (…) Hoy necesitamos personas como Juan. Necesitamos de rebeldía interior para no resignarnos a aceptar como normal un mundo en el que valen más las cosas que las personas», exhortó el prelado.
Insistió en que los pueblos necesitan de «rebeldía intelectual, para atrevernos a pensar con libertad y con espíritu crítico frente al sistema dominante. Necesitamos rebeldía profética para alzar la voz en nombre de Dios y denunciar los crímenes de los opresores, animar a los decaídos, iluminar a los confundidos, cuidar de los pobres y defender a las víctimas», recalcó.
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En cuanto a las víctimas de la represión, el religioso dijo que se debe de garantizar la justicia, honrando su memoria y devolviéndoles su dignidad, «pero también hay que restaurar al delincuente con la misericordia, haciendo que responda por sus delitos y pueda recuperar su humanidad olvidada».
El mensaje de monseñor Silvio Báez llega tras el discurso de Daniel Ortega hiciera a inicios de este 2021, quien mencionó que después de sus votaciones habría un diálogo nacional.
A pesar que la Iglesia católica en Nicaragua aconsejó que no podía haber elecciones presidenciales sin garantías, el régimen de Ortega organizó y efectuó sus votaciones el siete de noviembre y en su primer discurso, luego de los procesos, arremetió contra la oposición y los sacerdotes, y no dio ninguna señal de querer dialogar.