Los padres del niño Teyler Lorío Navarrete, asesinado el 23 de junio de 2018, se entregaron la tarde del jueves, 25 de noviembre, a las autoridades de Migración de Estados Unidos para solicitar asilo político, así lo informó el Grupo de Reflexión de Excarcelados políticos (Grex).
El nueve de julio de 2021, Nelson Lorío Sandoval, su esposa, Karina Alejandra Navarrete y su hija de iniciales J.L.N, de 10 años, tuvieron que salir por segunda vez de Nicaragua tras la ola represiva por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, únicamente por exigir justicia por el asesinato de su hijo.
Junto con la familia de Teyler, viajan Jorge Umaña Navarrete y Escarlet Flores, hermano y cuñada de la madre del menor asesinados. La pareja Umaña-Flores también ha denunciado ser blanco del Gobierno de Ortega, que no ha cesado de asediar a los opositores.
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Por su parte, el Grex refirió a través de sus redes sociales que los opositores abandonaron el país «luego de un recrudecimiento del asedio contra su familia». Además, reiteran que el 20 de abril, Nelson Lorío fue detenido por la Policía orteguista por varias horas, siendo señalado de supuestamente pretender realizar piquete exprés en algún punto de Managua.
«Don Nelson y su familia forman parte de las más de 355 familiares de personas asesinadas en el contexto de las protestas del año 2018. Desde entonces no ha cesado su reclamo de justicia, respaldó los esfuerzos de unidad desde el sector de víctimas de la Coalición Nacional y en su casa fue víctima de reiteradas amenazas y cruel persecución por parte de miembros del partido de gobierno», agregó el Grex.
Solicitan al Gobierno de Joe Biden y a las diferentes organizaciones en Estados Unidos acuerpar a la familia del niño Teyler Lorío Navarrete «que se ve obligada a huir hacia allá en busca de la libertad que en Nicaragua no se vive».
La persecución a los Lorío-Navarrete
El 23 de junio de 2018, Nelson Lorío y su esposa Karina Navarrete en lugar de celebrar el Día del Padre nicaragüense tuvieron que velar a su hijo, Teyler Lorío Navarrete, de 14 meses, asesinado tras recibir un disparo certero de fusil AK-47 en su cabeza. El crimen aún impune se dio cuando era llevado en los brazos de su progenitor por una calle de Las Américas Uno, en Managua, en medio de la crisis sociopolítica.
Tras su segunda salida salida de Nicaragua —la primera en agosto de 2018—, Lorío Sandoval dijo a Artículo 66 que su decisión se debía «al acoso, asedio, amenazas y la falta de justicia dentro del país».
Indicó que la arremetida de la dictadura en su contra se originó luego del arresto del que fue víctima el 20 de abril de este año y a la segunda detención en contra del líder campesino y preso político Medardo Mairena, actual rehén del régimen de Ortega.
«Yo pertenezco al Movimiento Campesino, ya cayendo (apresando) Medardo (Mairena) todos los integrantes sufrimos serias amenazas. Además, cuando me detuvieron el 20 de abril, la Policía dejó una causa abierta en mi contra por el supuesto robo de un carro, por lo que me recomendaron que me exiliara, porque venían en mi contra», agregó.
«La Policía me amenazaba con hacerme daño»
Antes de su exilio, el opositor de 36 años había denunciado que la Policía orteguista llegaba a su casa a amenazarlo. «La Policía me decía que cuando me vieran en la calle me iban a hacer daño, implicándome en algún delito», resaltó.
Igualmente, aseguró que recibió una llamada telefónica de un número desconocido, donde un sujeto lo amenazó con encarcelarlo al igual que al líder campesino Medardo Mairena.
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«El sujeto que me llamó me dijo que: “Ya cayó el asesino de Morrito, ahora vamos a ver qué van a hacer ustedes“. Obviamente, esas amenazas hay que tomarlas muy en serio», subrayó.
Debido a los constantes avisos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó medidas cautelares, sin embargo no sirvieron de garantía para que el régimen de Nicaragua cesara el asedio contra su núcleo familiar.