La aún presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y relatora para Nicaragua, Antonia Urrejola, habló al programa Revelaciones, del periodista Ismael López, de su experiencia al frente del organismo y cómo «la marcó» la grave crisis política que vive Nicaragua desde el 2018.
Urrejola aspiró por un periodo más al frente de la CIDH, sin embargo, no fue reelecta en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Su periodo se vence el 31 de diciembre.
La defensora de derechos humanos, de origen chilena, hablo con Revelaciones sobre la violencia estatal y la represión de la que pudo ser testigo directa en Nicaragua. «Yo llevaba poco tiempo en la Comisión, por eso digo que para mí fue un bautizo bien brutal, porque yo no había hecho visitas de trabajo, habíamos hecho sesiones en Colombia y luego otro periodo de sesiones en República Dominicana, y fue estando allí que inició la grave crisis —de Nicaragua— y las protestas a partir del 18 de abril, donde empezamos a insistir en visitar Nicaragua. Después de la cuarta vez que lo pedimos, el Estado nos dio la audiencia para ir», relató Urrejola.
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«Creo que por eso he estado tan cercana a los nicaragüenses, porque no solo fue mi primera visita de trabajo, sino que además llegamos en la mitad de la grave crisis de los derechos humanos», agregó.
Víctimas de abril sus mayores recuerdos
En cuanto a las víctimas en las protestas cívicas de abril de 2018, la relatora para Nicaragua, expresó que «para mí fue muy marcador; tengo muchos recuerdos, pero puedo hablar de algunas imágenes que tengo, por ejemplo estar en el hotel que nos quedamos con las madres de abril (…) y escucharlas a todas hablando quién había sido su hijo, en algunos casos era el marido o el hermano».
«Estar en ese momento con las madres para mí fue muy marcador, porque contaban el dolor que les habían matado a sus hijos; esa fuerza por pedir justicia fue algo que me marcó mucho, como también los estudiantes que estaban todavía protestando; muchos llegaban al hotel muy asustados, hostigados. Nosotros les pusimos medidas cautelares», subrayó.
Referente a su visita a Masaya en 2018, una de las ciudades más asediadas por la dictadura de Daniel Ortega, Urrejola contó que recibió denuncias de unas jóvenes que estaban siendo amenazadas por el alcalde (fallecido en junio de 2020 por Covid-19) Orlando Noguera.
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«Las recibí en una iglesia, hablamos por mucho rato de los hostigamientos y amenazas que sufrían. Posterior visité el Chipote (Dirección de Auxilio Judicial en Managua) y pedí que me abrieran una celda, cuando las abrieron, eran las mismas muchachas que había visto un mes antes en libertad pero con miedo».
«Yo quedé muy impresionada por estar en el mismo momento que sucedían las cosas. Yo vi a los francotiradores en los techos, no me lo contaron, y vi a las madres llegar denunciando que a sus hijos no los encontraban. luego una madre contó que a su hijo lo había encontrado en el Instituto de Medicina Legal. Me tocó ver el dolor directamente», expresó emocionada.
Luego de cuatro años al frente de la CIDH y teniendo como mayor experiencia su trabajo por Nicaragua, Urrejola concluyó que «seguiré haciendo mi trabajo hasta el 31 de diciembre que culmina mi periodo, luego me tomaré unas vacaciones con mi familia (…) Después veré lo que me depara el destino».