Con la llegada de César Zamora a la presidencia del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) llegaron los despidos. Fuentes empresariales confirmaron a Artículo 66 que al menos una docena de trabajadores de la patronal fueron cesanteados.
Según la fuente, Zamora ordenó el despido de los colaboradores aduciendo «problemas económicos» en la principal cámara de empresas privadas de Nicaragua. La decisión fue comunicada a los despedidos ayer jueves, 11 de noviembre, tras una reunión con la directora ejecutiva de la gremial, María José Villavicencio.
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La decisión fue informada este viernes, 12 de noviembre, en una reunión con los presidentes de las cámaras empresariales del Cosep. César Zamora habría explicado las razones de los despidos a los miembros de la gremial.
El informante aseguró que todos los integrantes del área de divulgación y prensa de la gremial les fueron cancelados sus contratos el jueves. Algunos tenían muchos años de laborar en la organización como Carlos Rostrán y Karla Alonso. Rostrán era el encargado de prensa del Cosep.
La asunción de Zamora
César Zamora asumió las riendas del Cosep tras el encarcelamiento de Michael Healy y Álvaro Vargas, presidente y vicepresidente de la patronal respectivamente. Ambos empresarios son señalados por la dictadura de Daniel Ortega por supuestamente violar la Ley 1055, Ley de Soberanía. A los nuevos presos políticos los «investigan» por los supuestos delitos de lavado de dinero, bienes y activos; y «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional».
La audiencia de garantías constitucionales se realizó en tiempo récord, horas después de haberlos detenido arbitrariamente la mañana del 21 de octubre, día en que fueron citados a «entrevista» a la Fiscalía.
Zamora es un férreo defensor del modelo corporativista que durante 11 años la empresa privada mantuvo con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Ese «acuerdo» con el régimen les permitía nominar a empresarios a cargos públicos, la creación de leyes a su favor, la exoneración y exención de impuestos, entre otros muchos beneficios.
Este modelo que bautizaron de «diálogo y consenso» acabó en abril de 2018 cuando inició la revuelta social que obligó al Cosep a romper su maridazgo con la dictadura y adoptar una posición acorde a la nueva realidad que vivía el país hace tres años.