La vocera del régimen de Nicaragua, Rosario Murillo, tronó nuevamente contra la oposición nacional y Estados Unidos por las manifestaciones sociales de 2018. A su gobierno se le señala como responsable de los más de 300 crímenes de lesa humanidad cometidos en ese contexto y de la represión, la que se llevó a cabo bajo la consigna de sus seguidores de «vamos con todo».
Murillo dijo que los opositores «mancharon la bandera azul y blanco de la patria con manos criminales. Cómo llenaron de sangre los barrios, las comunidades, las comarcas, los vecindarios y cómo quisieron enfermar el corazón de las personas, dividiéndonos, separándonos, oponiéndonos unos a otros, pero no pudieron ni podrán», dijo en tono de molestia, intentando culpar a sus adversarios de los sucesos violentos que se le atribuyen a su administración.
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La vicepresidenta exigió «respeto» a «esas potencias que se han ensañado sobre los patrimonios culturales y naturales de los pueblos heroicos del mundo» en clara alusión a su eterna muletilla «el imperio yankee», es decir, Estados Unidos.
«Esas potencias tendrán que incorporar alguna vez el respeto a su léxico, a su diccionario, y a sus prácticas. Aquí en esta patria sabemos lo que es luchar por el respeto, asegurar entre todos, el respeto a la patria soberana y digna. Sabemos de lucha y honor», espetó Murillo.
«El odio, la ambición, el vendepatrismo de hace tres años son paréntesis del delirio de dominio y del delirio y servilismo de los dominados aquí, los mismos de siempre. Recuperamos y vinimos orgullosos de nosotros mismos para vivir como merecemos y ser la fuerza espiritual de un pueblo que vence», añadió.
Para Murillo ya es habitual hablar en sus intervenciones de soberanía y hoy no fue la excepción. Dijo que los nicaragüenses están convocados siempre a vivir la soberanía nacional con «sentido espiritual, profundo y trascendente porque nuestra historia, además, nos obliga a cuidar y querer lo nuestro».
«Somos un pueblo cristiano y de verdad. Sabemos distinguir lo bueno de la odioso, eso que constituye pecados capitales, el odio, la envidia, la ambición, la arrogancia, el afán destructivo, el vendepatrismo porque el que no ama a su patria comete pecado capital. A cada tierra donde venimos al mundo nos debemos, nos toca amar, que quiere decir cuidar y defender esa patria sagrada que le debemos la luz, en donde estamos llamados a cumplir misiones trascendentes», señaló la vicepresidenta Murillo.