La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares en beneficio del líder estudiantil de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), Max Jerez; del comentarista político Jaime Arellano Arana y del exdiplomático Mauricio José Díaz, miembro del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) tras considerar que los tres presos políticos se encuentran en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos en Nicaragua.
La organización de derechos humanos manifiesta que luego de «analizar la situación concreta de los beneficiarios, la CIDH valoró las condiciones en las que actualmente se encuentran tras ser identificados como oposición en el país y frente a la proximidad de las elecciones generales en Nicaragua».
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Subrayan que los rehenes de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo «fueron sometidos a incomunicación de familiares y abogados de confianza tras su detención. Pese a que Arellano se encuentre bajo detención domiciliar, la incomunicación se mantuvo».

La CIDH solicita al Estado de Nicaragua que a Arellano le garantice la protección de sus derechos y su vida al igual que le permita el contacto con sus familiares y abogados. Además, demanda que respete su labor como «periodista sin ser objeto de actos de intimidación, amenazas u otros hechos de violencia».
En los casos de Max Jerez, presidente de AUN, y Mauricio Díaz, exembajador de Nicaragua, la Comisión demanda que se respete la integridad personal y de salud de ambos y que les otorgue medidas alternativas de privación de la libertad, las que estarían apegadas a estándares interamericanos ya establecidos.
Entre el 11 y 13 de octubre, los familiares de estos beneficiarios pudieron visitarlos por segunda vez. El encuentro duró alrededor de dos horas. Los parientes señalaron que la reunión se llevó a cabo bajo medidas restrictivas y arbitrarias, les tomaron fotografías y videos cuando ingresaron y al final de la misma.
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Dina Medrano, esposa del exdiplomático Mauricio Díaz, informó que el preso de conciencia ha perdido al menos 20 libras, ha adquirido dos nuevas enfermedades y sigue siendo sometido a constantes interrogatorios y torturas psicológicas.
Mientras tanto, el líder universitario y preso político se enteró hasta el 13 de octubre que su madre, Heydi Meza, falleció a causa de una neumonía, según informó AUN. Habían pasado 26 días del deceso.

AUN denunció que la dictadura mantiene a los jóvenes (Max Jerez y Lesther Alemán) bajo extenuantes interrogatorios, con las luces encendidas las 24 horas del día para interrumpir su descanso, así como otras formas de intimidación.
Los familiares de los presos políticos continúan incansablemente con su demanda de liberación inmediata y sin restricciones de todos los presos políticos electorales porque, aseguran, son inocentes de todos los cargos imputados por la Fiscalía, el respeto a las visitas semanales orientadas por el Poder Judicial en condiciones de privacidad, la comunicación entre nuestros familiares y sus hijas e hijos menores de edad; la autorización para que las familias podamos proporcionarles comida a nuestros familiares, más allá de los pocos líquidos permitidos.