La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó su informe anual sobre la situación económica de esa región, pero esta vez alertó sobre la mayor crisis que han experimentado los mercados de desde 1950 y que afectó simultáneamente a 17 países, etapa que afirman se asemeja la actual crisis que se vive producto de la pandemia del COVID-19.
El gran desafío de la región es mantener un crecimiento sostenible e inclusivo, aunque «nada permite anticipar que la dinámica de bajo crecimiento previa a la crisis vaya a cambiar», mencionó el organismo. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo, advirtió que la crisis provocada por la emergencia sanitaria agravó problemas estructurales de la región como la alta informalidad del empleo, la desocupación, la desigualdad y la pobreza, lo que no será fácil de revertir.
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«La recuperación del empleo, en especial de mujeres y jóvenes, requerirá un enfoque integral de políticas sectoriales, industriales y laborales», señala la funcionaria. Añade que el desafío fiscal implicará sostener la transferencias de emergencia, es decir, los programas sociales que se diseñaron en cada país para mitigar los efectos de la pandemia.
Para este 2021 auguran un crecimiento de 5,9% de crecimiento económico en América Latina y el Caribe, una cifra que seguirá siendo insuficiente para recuperar el nivel del Producto Interno Bruto (PIB) de 2019.
Antes de la pandemia, la región venía con una trayectoria hacia el estancamiento, ya que entre 2014 y 2019 creció con una tasa promedio de 0,3 %, a lo que se sumó una caída progresiva de la inversión, que el año pasado alcanzó uno de sus niveles más bajos en las últimas tres décadas al llegar al 17,9 % del PIB.
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En cuanto a Nicaragua, el organismo informa sobre un crecimiento del 2,5% en 2021 en comparación al año anterior, pero aseguran que la celebración de elecciones presidenciales en noviembre «imprime un elemento de incertidumbre al pronóstico, considerando que la polarización social y política puede representar un obstáculo para la plena recuperación y la estabilidad del país». Para 2022, prevén un decrecimiento de 1,8% en el PIB del país.
Bárcena también señaló las diferencias entre los países de la región con respecto al acceso a las vacunas, las campañas de vacunación, sus niveles de riqueza y su capacidad realizar renovaciones fiscales que aporten a la economía empresarial e inversiones para seguir atendiendo la crisis sanitaria y enfrentar la recuperación.