La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) se declaró en estado de «alarma nacional» como una forma de denunciar los actos represivos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que mantienen a Nicaragua en zozobra y con una profunda crisis económica, política, social y de seguridad.
En un comunicado emitido este lunes, 30 de agosto, la ACJD denunció la serie de actos represivos del régimen. «El asesinato de al menos 12 indígenas misquitos y mayangnas a causa de un ataque armado de colonos perpetrada en el cerro sagrado de Kiwakumbaih. Este asesinato masivo contra comunitarios indefensos se tipifica internacionalmente como crimen de lesa de humanidad», señaló la ACJD al referirse a la masacre de Bosawas, ocurrida la semana pasada y sobre la cual la dictadura no se ha pronunciado, ignorando la violencia en las comunidades indígenas.
Los territorios de las comunidades autóctonas de la Costa Caribe de Nicaragua están siendo sometidas a la violencia por grupos de colonos que han llegado desde otras zonas del país para arrebatarles sus tierras por la fuerza. Organismos defensores de derechos humanos y los propios comunitarios destacan que los colonos podrían contar con protección y hasta patrocinio desde esferas del poder político gubernamental y del partido de Gobierno. Pese a los constantes señalamientos del etnocidio que se está cometiendo, las autoridades estatales siguen manteniendo un silencio cómplice.
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Asimismo, la Alianza Cívica resalta que desde el 28 de mayo de 2021 la dictadura inició una escalada represiva sin precedentes, que a la fecha mantiene secuestrados a cuatros líderes de esa organización política opositora, a varios aspirantes a la Presidencia de Nicaragua, dos exvicecancilleres, dos exguerrilleros, un banquero, una exprimera dama, además de dirigentes, periodistas, y colaboradores de la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), todos esos desaparecidos se suman a los otros 137 presos políticos que se encuentran encarcelados por exigir libertad y democracia.
«Esas detenciones ilegales suscitadas desde mayo de 2021 han elevado la gravedad de las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses al desconocerse el paradero preciso de dichas personas, no conocer el estado de su integridad física, estar incomunicados, no recibir alimentos, no recibir visitas de familiares ni tener acceso a la defensa. Rechazamos las audiencias secretas que se están ejecutando, pues no son prisioneros de guerra ni representan un peligro flagrante para el país», indica el pronunciamiento político.
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De igual manera, insisten en que la cancelación de la personería jurídica a 15 organizaciones no gubernamentales ejecutada por el régimen es arbitraria e ilegal. Con ello, la dictadura «busca el control total y mayores restricciones al derecho de asociación y de participación ciudadana en el desarrollo del país», mencionan.
Entre las razones por las cuales declaran la alerta nacional destacan la carestía de la vida, el desempleo, la pobreza, la falta de inversiones, así como la ocupación ilegal de bienes y derechos de medios de comunicación independientes y el cierre del diario La Prensa.
«A pesar de este trágico cuadro de las libertades en nuestro país, renovamos nuestro compromiso de luchar por la libertad, la justicia, el respeto a nuestras garantías constitucionales, y la salida del poder de esta dictadura, para construir un proceso democrático basado en la libertad, la verdad, la justicia, la reparación, la no repetición, la democracia, la reivindicación de los derechos civiles y políticos, para poder cristalizar los anhelos de libertad del pueblo nicaragüense», finaliza el documento.
Vergüenza les debería de dar a los de la Alianza Cívica volver a aparecer en el radar político, después de prestarse a bloquear, torpedear, la unidad nacional con su socio CxL, que sólo obedecía a la dictadura y que les pagó con la cancelación de su personalidad jurídica. ¿Qué buscan con su reaparición, que alguien les crea? Desde que se les pegó como garrapata el socialcristiano José Dávila, todo fue un desastre, jamás vieron el “pedigree” de Dávila que como pescadito es experto en dividir. Vean cuantos tucos hay de social y demócratas cristianos. Y todos andan a la caza de un cargo.