Kitty Monterrey, exrepresentante legal de Ciudadanos por la Libertad (CxL), declaró, desde su exilio en Costa Rica, que los empresarios privados de Nicaragua están sometidos a gran presión y que tienen miedo ante la dictadura, mientras que señaló a la Iglesia Católica como la única voz que le queda al pueblo en medio de la represión, al tiempo que, la dirigente política siguió esquivando su responsabilidad en la debacle sufrida por la oposición que fue desgranada y anulada por las estrategias represivas de la dictadura Ortega-Murillo.
Monterrey apareció sorpresivamente en la capital de Costa Rica el martes 10 de agosto, tras haberse escapado de Nicaragua por veredas, luego que la dictadura le arrebatara su nacionalidad nicaragüense y pendía sobre ella o la cárcel o la deportación, y brindó declaraciones al Canal 7 de ese país donde se refirió, entre otros temas, a la situación de la empresa privada frente a la dictadura de la que se benefició haciendo negocios hasta antes del 2018 y a la posición de la iglesia como guía espiritual del pueblo.
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¿Aceptará la clase empresarial nicaragüense un régimen de partido único sin legitimidad política? le consultó a Monterrey el entrevistador costarricense, a lo que la dirigente política exiliada respondió exponiendo su afinidad con los empresarios privados a los que justificó diciendo que están bajo presiones y con temor.
«Yo soy proempresa privada, obviamente. Sin embargo, sé que ha habido enormes dificultades, están sujetos a enormes presiones y para decirlo de manera más sincera y franca, tienen temor, tienen miedo. Que si ese miedo ¿los va a llevar a tomar posiciones concretas? Yo no lo sé, no soy empresaria. Sin embargo debemos recordar que son fuente de trabajo para miles de nicaragüenses y que son situaciones muy difíciles, son decisiones que ellos van a tener que asumir. ¿Cuáles van a ser? Lo veremos en el camino, pero hay mucho miedo y temor en Nicaragua», argumento la exdirigente de CxL.
Asimismo, al ser cuestionada que si ella cree que la clase empresarial de Nicaragua estaría pensando más en «su bolsillo», la presidenta de CxL valoró que «el empresario es empresario para hacer dinero, eso no significa que no haya de todo como en todos los sectores de la población».
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El empresariado nicaragüense, agrupado en el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), se asoció con el Gobierno de Daniel Ortega desde su retorno al poder en el 2007, mediante una estrategia pública-privada llamada “de diálogo y consenso”, mediante la cual los empresarios hicieron negocios con el régimen, que les dejó millones de dólares en ganancias, pero poniendo en juego la democracia. Actualmente, el principal mediador en esa estrategia, el empresario José Adán Aguerri, está preso político acusado de traición a la patria. Ortega terminó fortaleciendo su dictadura y junto a su mujer, Rosario Murillo, buscan la reelección en elecciones amañadas.
Sin embargo, Monterrey, al ser abordada sobre ese tema, dijo que «uno no no puede referirse a todo un sector (los empresarios privados) y medirlo con la misma vara, hay de todo. Hay gente que se ha arriesgado, hay empresarios buenos que realmente han hecho lo posible por ayudar. Hay otros que quizás no, otros del todo, otros no tanto. Pero hay de todo. Quizás esto va a servir para entender que lo primero que debe defenderse en un país es la democracia y la institucionalidad. Y ese fue el gran error, que no se supo defender a tiempo y por eso estamos en la situación que estamos. Espero que sea lección para todos».
La Iglesia, única vos que le queda al pueblo
Al referirse al papel que jugará el liderazgo moral de la Iglesia católica en la actual coyuntura, la presidenta de CxL dijo que la institución religiosa se mantendrá como la gran guía moral del pueblo y que esa posición es vital porque es la única voz que le ha quedado a los nicaraguenses.
«Siempre he pensado que la Iglesia católica es la gran guía moral del pueblo nicaragüense. Hasta la semana pasada la posición de ellos era participar en un proceso cívico electoral y yo he pensado siempre y el partido que yo he representado siempre ir de la mano con las posiciones de la Iglesia católica. Sin embargo, hoy en la mañana la Arquidiócesis de Managua sacó un comunicado ya diciendo prácticamente que habían quitado la última opción, que ya no había nada para ir a un proceso electoral. Entonces la posición de la Iglesia de ahora en adelante se vuelve vital y queda como la única voz que representa la voluntad del pueblo de Nicaragua, en Nicaragua», apuntó.
No acepta culpas
De igual manera, Monterrey siguió tratando de esquivar responsabilidades, de ella y de su partido, ante la anulación que ejecutó con éxito la dictadura Ortega-Murillo contra todos los grupos opositores, a los que mediante un hilo de acciones estratégicas con apariencia de legalidad fue sacando del juego político y electoral hasta quedarse solo para ir a las elecciones de noviembre y reelegirse sin ninguna competencia.
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«Lo que se iba a realizar era una farsa, ¿por qué ustedes seguían en ese proceso electoral?» le cuestionó el periodista de Costa Rica. Kitty Monterrey justificó que «no veíamos otra opción más que seguir en él. Y cuando todos los que fueron presos de algún modo fueron precandidatos inscritos en esta Alianza de CxL o aspirantes a ello, ya de algún modo había una unificación de la oposición alrededor de lo que era la Alianza CxL y nosotros siempre dijimos “nos vamos con el que quede”. Después cambiamos eso y dijimos “con el que se atreva”, porque cada día íbamos quedando con menos y menos».
«No vemos otra opción más que la vía cívica, yo por lo menos en lo personal y este partido jamás hemos estado de acuerdo en la violencia y mucho menos en una lucha armada a estas alturas. No queremos retroceder. Nicaragua ha sufrido décadas de derramamiento de sangre y nosotros debemos encontrar una salida cívica. ¿Cuál es? Pues esperábamos poder tenerla a través de un proceso electoral, pero ahora no vemos la salida ya», remató su argumento.