El dictador Daniel Ortega estaría preparando todas las condiciones políticas, dentro de su partido, para inaugurar una dinastía a partir de las próximas elecciones nombrado como candidata a la Presidencia a su esposa, la actual vicedictadora Rosario Murillo. Como parte de ese plan, podría incluir en las listas de diputaciones a algunos de sus hijos para colocarlos en línea sucesoria del poder, según opina el sociólogo y analista político Óscar René Vargas.
De acuerdo con Vargas, los Ortega-Murillo no tienen intenciones de soltar el control absoluto que ejercen sobre el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y menos aún del Estado nicaragüense.
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«En la lógica de una sucesión tranquila, con el ánimo de evitarse una crisis futura y previendo un desenlace fatal de Ortega, no sería nada extraño que nombrarán a (Rosario) Murillo la candidata a la Presidencia por el FSLN en el actual proceso electoral. Es una hipótesis muy posible de cumplirse», dijo Vargas a Artículo 66.
El analista político considera que, mientras Murillo quiere ponerse la banda presidencial, el otro (Daniel Ortega) está muy enfermo, por ello «con la estrategia de preservar el poder pueden decidir la sucesión inmediata. El hecho que no hayan celebrado masivamente el 19 de julio puede ser una manera de querer pasar debajo de la mesa la candidatura de Murillo, sin mucha alharaca tratando de disminuir las reacciones adversas al interior de la base social del orteguismo».
Recordó que algo parecido pasó en las elecciones del 2016, cuando nadie quería aceptar la posibilidad que Murillo fuera la candidata a la Vicepresidencia. «Creo que fui el único que dijo que esa posibilidad era la más probable», señaló.
Vargas destaca que su análisis y predicción tiene como base que, a partir de abril 2018, los hechos evidencian un resquebrajamiento de todo el andamiaje del sistema político del orteguismo.
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«Abril 2018 revela un punto de inflexión histórica: la decadencia de la dictadura que se caracteriza por la inestabilidad e incertidumbre económica de larga duración, convulsiones políticas con múltiples manifestaciones, represión, crisis climática, violación de los derechos humanos, pandemia, conflictos sociales, corrupción en las altas esferas del poder, proceso de descomposición social acelerado y crisis interna larvada por la sucesión en el orteguismo. Por todo lo anterior, el nombramiento de Murillo para ser candidata a la presidencia se hace factible», advirtió el analista..
Además, reforzó su predicción señalando que, en el contexto actual es previsible que sucede algo así, porque no hay liderazgos alternativos diferentes a Murillo con verdadera autoridad entre los militantes.
Asimismo, insiste en que se debe tomar en cuenta que, ante la falta de liderazgos alternativos al interior del partido de gobierno, Murillo ha venido imponiendo su autoridad entre los cuadros medios y militantes de base y crear un pequeño círculo de poder afín a sus intereses sucesorios.
Otra posibilidad que el sociólogo Vargas ya había anunciado antes es que el matrimonio dictatorial Ortega-Murillo incluya a algunos de sus hijos en las listas de candidatos a diputados por el FSLN, con el objetivo de procurarles inmunidad y además colocarlos en línea sucesoria del poder para cuando el dictador Ortega fallezca.
The Economist ya había predicho lo mismo
El influyente medio de comunicación especializado de Inglaterra The Economist, en enero de 2021, publicó el resultado de un análisis hecho por su unidad de inteligencia en el que muestra un escenario político convulso en Nicaragua durante el presente año y la posibilidad de que la vicedictadora a quién tildan de «excéntrica», se convierta finalmente en la candidata presidencial del partido que controla con mano férrea ella y su esposo Daniel Ortega.
Menciona que, dado el control total que mantiene Daniel Ortega sobre todas las instituciones del Estado y las debilidades de la oposición, el dictador fácilmente prepara su estrategia para mantenerse en el poder, bien sea reeligiéndose el personalmente o imponiendo a un testaferro que, todo parece indicar, podría ser la actual segunda al mando del régimen, Rosario Murillo.
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«El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, utilizará unas elecciones en noviembre para inaugurar su dinastía, buscando convertir a su excéntrica esposa, Rosario Murillo, en su sucesora como presidente. El fraude electoral está garantizado y también una nueva ola de protestas», alerta The Economist en el análisis titulado El Mundo en 2021.
Los analistas de ese medio de comunicación europeo también indican que muy probablemente Nicaragua será suspendida como estado miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) y, en el contexto electoral, por la cada vez más intensa represión contra grupos opositores, el ambiente político se volverá más tenso de lo que es actualmente.