La Alianza Ciudadanos por la Libertad sigue en silencio ante una nueva carta enviada por la Coalición Nacional, con la que convoca a una gran unidad opositora entre ambos bloques. La misiva enviada el martes es “un llamado urgente” ante la nueva ola represiva del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes han iniciado una cacería contra la aspirante presidencial Cristiana Chamorro y periodistas. En ella se plantea “una base mínima” compuesta por tres puntos que la dirigencia de CxL no ha respondido, y cuyo contenido apenas están evaluando, según declaraciones de su presidenta, Kitty Monterrey.
Félix Maradiaga, candidato de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), aseguró la tarde del jueves a través de Twitter que han solicitado una reunión con Monterrey para abordar estos temas. «Hemos leído con interés el tuit de CxL en el que manifiestan su apertura a inscribir otros candidatos en su proceso de selección, reflejando con ello un cambio en la posición anterior, que recibimos positivamente. Con el respaldo del Consejo Político de la Unidad», escribió el aspirante.
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El silencio prolongado de CxL se contrasta con las recientes declaraciones que han hecho sus voceros, tras la cancelación de la personería jurídica del Partido Restauración Democrática (PRD), el 18 de mayo, por una impugnación realizada en el Consejo Supremo Electoral (CSE) de un grupo de pastores evangélicos que alegaron razones religiosas. “Esta es una alianza de todos y de puertas abiertas (…) llamamos a las organizaciones sociales a conformar la alianza que hoy nosotros hemos creado”, dijo María Asunción Moreno, de la Alianza Cívica —aliado de CxL—, en una conferencia en la sede de dicho partido.
Casi tres días después de que la Coalición Nacional hiciera su llamado, este no ha sido atendido. CxL se mantiene en su cerrazón al afirmar que no están dispuestos a abrir su proceso de selección de candidatos. Incluso, Adán Bermúdez, tercer vicepresidente del partido, dijo que no han recibido ninguna solicitud de ingreso para su mecanismo. Entre el discurso que mantiene CxL en sus conferencias y las declaraciones a los medios de sus integrantes, los opositores del otro bloque perciben un abismo que no deja en claro a qué le apuesta dicha agrupación política.
Las declaraciones de CxL resultan confusas para analistas y políticos del otro movimiento opositor, porque al mismo tiempo que cierran su proceso para otros aspirantes, sostienen que “la unidad se puede construir” y están “trabajando en ella”.
Actualmente, los candidatos de la Alianza Ciudadanos por la Libertad son cuatro: Arturo Cruz, académico y exembajador del gobierno Ortega-Murillo; Juan Sebastián Chamorro, economista y empresario; Noel Vidaurre, un veterano político conservador; y Américo Treminio, especialista en computación cuya candidatura, según él, salió de las redes sociales.
“Basta con hacer una llamada”
Para los miembros de la Coalición Nacional, la mayor muestra de que las puertas están abiertas se verá si atienden a su llamado. En la carta del martes, este bloque propone tres puntos “mínimos” para la conformación de una unidad “urgente”. El primero aborda la apertura del proceso de selección de candidatos, para que puedan ser inscritos los aspirantes presidenciales de la Coalición y también los independientes. Los otros dos están centrados en la creación de un programa político de cambio democrático y una estrategia de incidencia nacional para “restaurar la democracia y la libertad en Nicaragua”.
“Lo importante es que respondan a la carta, pero no con otra carta, sino con una llamada. Nosotros les indicamos un teléfono para no seguir en una guerra de comunicados. Solo basta hacer una llamada, porque la cosa urge”, aseguró a REDACCIÓN ABIERTA José Pallais, integrante de la Coalición Nacional.
El jurista aclara que la unidad que busca su bloque es diferente a la que se planteó a inicios de mayo, cuando el PRD como representante de la Coalición Nacional sostuvo reuniones con CxL, que terminaron frustradas por la falta de voluntad entre ambos partidos. Dennis Martínez, mediador de dichos encuentros y ex grandes ligas, dijo que las conversaciones se perfilaron como “un show mediático” que en el fondo buscaban crear “culpables” del fracaso de la unidad.
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CxL terminó inscribiendo su alianza con sus aliados, dejando por fuera al otro bloque opositor. Semanas más tarde, el régimen de Ortega y Murillo despojó de su personería jurídica al PRD, que tiene consigo a los más diversos candidatos a la presidencia, cuya popularidad supera a los de la Alianza CxL, según las encuestas.
“Es una unidad de sobrevivencia, para restaurar la confianza de los ciudadanos de que somos capaces de sobreponernos a esto”, agregó Pallais. “Nosotros no estamos pidiendo ninguna ventaja, ningún interés”, dijo.
Támara Dávila, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), asegura que su bloque y la Coalición están dispuestos a apoyar la casilla de CxL, pero “tiene que abrirse la selección de candidatos a la presidencia”.
“CxL está en una disyuntiva bien complicada, o se muestran prestos a salir de la dictadura o realmente se muestran prestos zancudearse con Ortega”, agregó.
Ortega y Murillo muestran sus cartas
Mayo se perfilaba como un mes decisivo para aclarar el confuso panorama electoral. No obstante, el régimen de Ortega y Murillo han revelado sus intenciones al elevar la parada contra la prensa independiente, la oposición y, en especial, contra Cristiana Chamorro, la aspirante mejor valorada en todas las encuestas. Los puntos de Chamorro no son gratis: es hija de la expresidenta Violeta Barrios y el periodista Pedro Joaquín Chamorro, lo que la hace contar con un piso moral que saca ampollas a los actuales mandatarios nicaragüenses, quienes de paso conducen el proceso electoral “a un evento sin garantías ni legitimidad”, según analistas consultados.
Ortega y Murillo mantienen su control en el CSE, con magistrados afines a ellos. Cuentan con una Ley Electoral reformada para sacar ventaja y fraguar un fraude en el que la oposición quedaría minimizada, o inhibida; y en las últimas semanas ha puesto a desfilar a más de una decena de periodistas por un caso de supuesto lavado de dinero contra la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que conducía Cristiana Chamorro hasta inicios de este año.
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De esta forma, el régimen ha acorralado a la oposición en un mes, desde el 4 de mayo con la aprobación de una reformas electorales que ignoran las recomendaciones realizadas por la Organización de Estados Americanos (OEA). El segundo golpe fue el 6 de mayo cuando el CSE publicó el calendario electoral que daba seis días a la oposición para conformar una alianza electoral. Entre el 17 y el 19 el CSE dejó sin personería jurídica al PRD y al Partido Conservador. El 20 iniciaron los señalamientos contra Chamorro y la criminalización al periodismo independiente.
Para Enrique Sáenz, exdiputado y analista político, el país se encamina a “otro circo electoral con el propósito de sellar la permanencia de Ortega en el poder”. Asegura que CxL debe salir “del foco de la sospecha” y dar muestras de voluntad ante un panorama incierto.
“Y si se cohesionan, tienen la posibilidad de ver el camino más despejado y definir rutas más certeras que despierten confianza en la población”, analiza Sáenz.