El hombre que gobernó los destinos de Argentina en la mayor parte de la la década de los 90, considerado un presidente controversial y populista, Carlos Menen, falleció este domingo, 14 de febrero, en un centro asistencial de la capital de su país luego de batallar con una enfermedad que lo aquejó y de la que no pudo recuperarse a sus 90 años.
El exmandatario falleció en el Sanatorio Los Arcos, de la ciudad de Buenos Aires, donde se encontraba internado desde el 15 de diciembre pasado, supuestamente aquejado de una infección aunque se dice también que semanas anteriores había sido internado por una neumonía.
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Muchos medios de comunicación internacional se han hecho eco de la noticia. Según BBC NEWS, Menen fue un presidente que se valió del principio de la contradicción para gobernar, un método que para sus seguidores en el peronismo, se trataba de un principio de adaptación a los vaivenes de la política y la vida. El Propio Menem escribió en 1988 en una “Carta abierta a la esperanza”: «Siempre sostuve que el gesto más noble del político consiste en poner un oído en el corazón del pueblo y otro en la voz de Dios para escuchar con humildad el mandato de los tiempos».
Carlos Menem gobernó Argentina en dos periodos que abarcaron desde 1989 hasta 1999. Abogado de profesión, antes de ser presidente fue gobernador de La Rioja, su provincia natal, entre 1973 y 1976 -año en que fue detenido tras el golpe de Estado que derivó en la última dictadura (1976-1983)- y de nuevo desde 1983 hasta que inició su campaña presidencial para los comicios de 1989, que lo convirtió en mandatario, sucediendo en el cargo a Raúl Alfonsín y de esa forma lideró el regreso del peronismo al poder tras la reinstauración de la democracia en Argentina.
Los analistas políticos de su país consideran que el llamado periodo «menemista» fue un periodo de moneda fuerte y corrupción, privatizaciones y desempleo, dinero fácil y pobreza.
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Según publica la BBC NEWS, los argentinos recordarán a Menem con devoción o desprecio, como padre de una gran transformación que lideró con talla de estadista o como gestor de una catástrofe. Aquellos que lo defienden recuerdan los años sin inflación, la inversión en infraestructura y la modernización de los servicios públicos por la vía de las privatizaciones. La paridad del peso con el dólar convirtió a los argentinos en turistas de primera clase y los productos importados inundaron el mercado. Eran los tiempos de la «Argentina primer mundo» y de «relaciones carnales» con Estados Unidos, como alguna vez las definió el canciller de entonces, Guido Di Tella.
Durante su Gobierno, Menem privatizó, entregó en concesión o disolvió 66 empresas del Estado. La venta de las llamadas «joyas de la abuela» más el endeudamiento externo inundaron de dólares el mercado. La corrupción fue la marca de los tiempos. Se acuñó entonces la frase «roban pero hacen», se dice que la época de Menem es «hija de los negocios fáciles y las riquezas rápidas».
La vida personal de Carlos Menem fue parte inseparable de la política de su país. Apenas asumió el cargo, el presidente expulsó de la residencia oficial a su esposa Zulema Yoma y a sus dos hijos. El 15 de marzo de 1995, otro suceso familiar se convirtió en un asunto de Estado al morir su hijo Carlos en un accidente de helicóptero a los 26 años. Zulema Yoma sostuvo siempre que se trató de un atentado, hipótesis que Menem terminó por aceptar años más tarde. Fue también durante el menemismo que Argentina vivió los dos únicos atentados terroristas de su historia: el que destruyó la Embajada de Israel en 1992 y el ataque a la mutual judía Amia en 1994. Argentina carga aún con las esquirlas de esos ataques no resueltos.
Tres días de duelo nacional
Carlos Menem será despedido en el Congreso argentino, sitio reservado a los expresidentes. El gobierno de Alberto Fernández decretó tres días de duelo nacional, con banderas a media asta en todos los edificios públicos.
Pese a pertenecer a corrientes opuestas del peronismo, Fernández recordó a Menem como un hombre «que nunca llegó al poder por la venta, siempre fue con el voto popular». «En dictadura fue perseguido y encarcelado». También despidió a Menem el expresidente Mauricio Macri. «Nos deja ante todo una buena persona, a quien recordaré con mucho afecto. Mis condolencias a sus familiares y amigos», escribió en Twitter Macri.
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Asimismo, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, aliada del menemismo en los noventa y luego detractora, se limitó a enviar condolencias a su familia y a sus compañeros y amigos
En tanto, el exmandatario Eduardo Duhalde, vicepresidente durante el primer gobierno de Menem, también lo consideró «un amigo», pese a las disputas políticas que terminaron por distanciarlos.