«¿Quién es don Justo?», se preguntó la abogada Yonarqui Martínez en una visita realizada el 23 de diciembre a la casa del excarcelado político Justo Rodríguez, originario de la comarca Esquipulas, del municipio de Moyogalpa, en la Isla de Ometepe, y que regresó a su hogar el 21 del mismo mes «solo en los huesecitos de las costillas», a como lo relató su hermana, Esmérita Rodríguez, una anciana de 70 años que ha sido testigo del calvario que ha atravesado el isleño.
El campesino robusto, sano, de carácter fuerte ya no existe, según lo relató a Artículo 66 Esmérita Rodríguez, quien fue testigo de cómo fue secuestrado y golpeado a las cinco de la mañana del 20 de abril de 2020 por agentes policiales, mientras se dirigía a una huerta a reparar la puerta del cerco de alambre donde se cultiva yuca.
La abogada Yonarqui Martínez, quien ha seguido el proceso del campesino de 68 años, narró en su cuenta personal de Facebook el drama de Justo Rodríguez. Pese a que está bajo el régimen de convivencia familiar, no tiene deseos de hablar, de comer, está deshidrato y peor aún parapléjico y con agujeros en su cabeza producto de un derrame cerebral que sufrió en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro, en Tipitapa, lugar donde la dictadura lo había encerrado y condenado a tres años y dos meses, señalado de ser partícipe en los hechos ocurridos la madruga del 20 de abril donde opositores conmemoraron dos años de prisión y que fueron nuevamente hostigados y atacados por policías.
Noticia relacionada: Exreo político Justo Rodríguez, en condición de salud crítica
«Le prohibieron las visitas (a Justo Rodríguez) y entró en tristeza, pidió ayuda médica sin ser atendido oportunamente . Un oficial le dejó caer una llanta en sus costillas y le ocasionó lesiones. Don justo, ese que no es emblemático, ese que nadie sabía nada sino es por su desgracia».
Martínez califica al exreo político como un hombre valiente, decidido y con carácter, capaz de gritarle al juez orteguista Melvin Vargas «soy inocente», «pero ahora no podrá caminar, no reconoce (a las personas), balbucea».
Esmérita Rodríguez: «Solo me tiene a mí»
Esmérita, quien está todos lo s días al lado de su hermano, Justo Rodríguez, y le cura las heridas ocasionadas por estar cuatro meses internado en el Hospital Escuela Lenín Fonseca de Managua, dijo a este medio de comunicación que la nueva víctima del régimen es soltero, no tiene hijos.
«Solo me tiene a mí, una anciana de 70 años y a mi otra hermana de 74, es lo único que tiene en esta vida (…) Aún no puedo creer que le haya pasado esto a mi hermano, si era el más sano de la familia, yo soy la que me enfermaba más, pero Justo no, Justo era vigoroso, fuerte», lamentó la hermana del excarcelado político.

La familia de Rodríguez es humilde, pero viven unidos; las fotos tomadas por Yonarqui Martínez muestran la unidad que viven los familiares que estuvieron pendientes de él, tanto en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro como en el hospital y ahora en su casa, donde lo atienden las 24 horas del día. «Mi hermano no tiene hijos, pero me tiene a mí y sigo luchando para que esté bien, es cierto que está muy mal, pero Dios permita se mejore pronto», expresó Esmérita Rodríguez.
La acusación
«Me pregunto si la señora que se alegró de su detención, que lo señaló falsamente estará su conciencia tranquila», volvió a interrogarse la abogada Yonarqui Martínez, quien refirió que lograron ver de lejos a la militante sandinista que acusó a Justo Rodríguez.
«Si ella quiere venir a mi casa la recibo para que vean los sapos (orteguistas) el monstruo a quien le sirven, que mañana hasta ellos pueden quedar así», recalcó.
Noticia relacionada: Exreo político Justo Rodríguez, en condición de salud crítica
«Todos hoy estamos consternados, pero el calvario lo llevará Justo Rodríguez y su hermana en una pequeña casa de plástico, zinc, madera vieja en un cuarto pequeño donde un centenar de vecinos llevan atol, galletas, jugos y hacen fila para ver a su vecino (…). Nadie está obligado a tener empatía pero sí a pedir justicia.
Qué mal que sea hoy la noticia más dura y cruel de la realidad de los presos políticos», lamentó la defensora.
Por la tragedia que atraviesa Justo Rodríguez, Esmérita Rodríguez culpa al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, porque afirma que «es cierto que mi hermano no está a favor de ellos (del gobierno), pero jamás se involucró en nada; mi hermano es y será siempre inocente».