En sus más recientes discursos, la pareja de dictadores de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, por separado y en días sucesivos, ha vociferado contra los opositores y los han llamado «cobardes», «criminales», «traidores» y «víboras». Sus palabras guardan altas dosis de descalificaciones, acusaciones y amenazas que incluyen la pena de prisión a cadena perpetua a quienes adversan al sandinismo.
«Son criminales, cobardes, se sienten intocables, porque se les dio una amnistía, ya se les dio una oportunidad, una amnistía, pero ya no habrá otra amnistía, el pueblo pedirá cuentas y habrá cuentas en el marco de las regulaciones que tiene el Estado nicaragüense», dijo Ortega el 15 de septiembre, durante el discurso por la Independiencia.
Activistas y líderes opositores advierten que los dictadores están fuera de control, que en su decadencia se muestran furibundos y cobardes, por eso actúan apostando a sembrar el miedo. El economista Enrique Sáenz, a través de su cuenta de Twitter, se burló de Daniel Ortega señalando que quien llama cobarde a la oposición, «el valiente», se mueve rodeado de decenas de escoltas uniformados y decenas más, camuflados entre sus propios seguidores.
Sáenz ironizó la «valentía» de Ortega con los distintos episodios en los que el tirano demuestra el terror que le produce andar en la calle.
«El mismo que mientras los combatientes del Frente Sandinista enfrentaban a Somoza en campos y ciudades, estaba muy seguro en Costa Rica. Ni siquiera se aparecía por el Frente Sur. El mismo que se atrincheró en su bunker cuando estallaron las protestas de abril. El mismo que se encerró y no sacó la cara frente al COVID, mientras enviaba a sus seguidores a actividades masivas. El mismo que para trasladarse de un lugar a otro siembra de policías, fuerzas de seguridad y guardaespaldas, metro a metro, su recorrido. Es el mismo que llama cobardes a los nicaragüenses que luchan pacíficamente por libertad, justicia y democracia», se buró Sáenz.
Por su parte, la excarcelada y ahora exiliada Irlanda Jerez también le contestó a los dictadores y les recordó que son ellos los que viven refugiados, escondidos en El Carmen y que en un acto de cobardía han asesinado campesinos, han encarcelado a inocentes y han quemado familias enteras. «Ustedes son los cobardes que tienen secuestrada a Nicaragua», dijo la opositora.
El líder campesino y excarcelado político, Medardo Mairena, recalcó que la dictadura no puede señalar de cobardes a los opositores que han dado muestras de inmensa valentía y de coraje luchando cívicamente por la democracia.
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«Él (Daniel Ortega) es el cobarde que se escudó en la Ley de Amnistía que solo le sirva a él, nosotros no teníamos que salir bajo amnistía porque somos inocentes. Los nicaragüenses que estamos haciendo oposición estamos luchando pacíficamente, cívicamente pero él es el que reprime, él es el cobarde que se escuda en sus paramilitares, en sus secuaces», sentenció Mairena.
«Desde el 2018 han dicho de todos los calificativos posibles, y cuando más los han usado ha sido cuando más débiles han estado. Necesitan mostrar fuerza con sus propias bases, sin embargo ya ni eso logran», consideró por su parte la activista opositora y miembro de la Coalición Nacional Tamara Dávila.
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Entre el 2016 y el 2019, la Policía de régimen Ortega Murillo casi duplicó el presupuesto especial para seguridad personal del dictador Daniel Ortega, la vicedictadora Rosario Murillo, sus hijos, nietos y para los funcionarios, diputados, ministros, asesores, magistrados de los Poderes del Estado, sus familiares, y también para los diplomáticos y expresidentes. La escolta policial se tragó 144 millones de córdobas en el 2016, y recibió aumentos año con año, hasta llegar al 2019 a los 263 millones de córdobas.
El general de brigada retirado Hugo Tórrez, un conocedor de estrategias militares, considera que Daniel Ortega usa un dispositivo de seguridad desproporcionado.
«¿Quién querrá atentar contra Daniel Ortega? Sobre todo en un país que no está en guerra, que no estaba sometido a un conflicto de enfrentamiento armado. Los únicos que tendrían un poder de fuego y disposición para actuar contra alguien que considere su adversario o que considere un peligro, el único que tendría ese poder de fuego es el narcotráfico», dijo Torrez entrevistado para un trabajo periodístico que publicamos en Artículo 66 en agosto de 2019.
Después de las protestas de abril del 2018, la familia presidencial ha aumentado considerablemente las medidas de seguridad pese a afirmar pomposamente que tienen todo bajo control y a ejercer una represión constante contra los que le adversan políticamente.
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El «valiente» presidente y su esposa son los que más custodia reciben en Centroamérica. Los dictadores nicaraguenses se mueven en sus Mercedes Benz G83 V8 AMG. Se ven de dos a cuatro de esos vehículos lujosos blindados, que según la marca que los distribuye tienen un costo de un cuarto de millón de dólares. Ortega siempre conduce uno de los Mercedes en los que se traslada a actos oficiales fuera de El Carmen, el búnker de donde pocas veces sale, pero cada vez que lo hace, sin importar la distancia, hay en promedio tres agentes por cada 100 metros.
Su poca presencia en la ciudad, Roberto Cajina, experto en temas de seguridad, la interpreta como una necesidad de vivir «encerrados en el búnker de El Carmen» y gozar de «una protección estática. Son prisioneros de su propio miedo y el pago de esa seguridad sale de los impuestos de la ciudadanía».