La institución policial al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo descartó que el incendio en la Catedral de Managua, que calcinó a la imagen de la Sangre de Cristo y el altar en el que se encuentra, haya sido provocado por un artefacto explosivo, a como señalan los testigos, quienes afirman que un sujeto encapuchado detonó una bomba molotov la mañana del 31 de julio y posteriormente, el criminal se dio a la fuga.
La Policía orteguista aseguró en un comunicado emitido nueve horas después del suceso que “equipos técnicos integrados por oficiales investigadores policiales, peritos de criminalística y bomberos se presentaron en la Catedral y realizaron inspección”, con lo cual determinaron que “no se detectaron residuos de pólvora artesanal, sustancias explosivas de origen industrial, ni acelerante de tipo hidrocarburo (gasolina, diésel, keroseno o thiner en muestras de material combustionado”.
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Asimismo, la entidad de la dictadura tras sus investigaciones eliminó la posibilidad de que el siniestro lo haya generado un cortocircuito o recalentamiento del sistema eléctrico. Lo único que supuestamente encontraron en la escena es un “atomizador plástico con alcohol (volátil, de fácil combustión)”.
Sin embargo, una trabajadora de la Catedral manifestó que la persona que cometió el sacrilegio fue un joven delgado que pidió ingresar a la capilla y que en sus manos llevaba algo envuelto. La mujer, que afirma haber sido testigo, dice que el sujeto se cubrió el rostro y después de la detonación huyó.
Por su parte, la vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, cínicamente atribuyó el incendio en la capilla a un mal uso de las veladoras que los feligreses colocan como promesa a los santos. La imagen de la Sangre de Cristo tenía más de 300 años de historia, desde su llegada al país procedente de Guatemala en 1638.
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Mientras, el cardenal Leopoldo José Brenes, arzobispo de la Arquidiócesis de Managua, desmintió la versión de Rosario Murillo. El jerarca alegó que en el lugar “no habían velas, porque el humo es sensible y se meten en las hendijas de la imagen”. La máxima autoridad del catolicismo en Nicaragua calificó el suceso como un “acto terrorista”, que tiene como objetivo amedrentar a la Iglesia en su misión evangelizadora.

Jueces y partes. De puede seguir con paños tibios con estos Asesinos y Criminales? Ya que les declaren terroristas y tratarlos como tales.